El retorcido que todos quieren

AutorAlejandro Dungla

Su forma única los hace fáciles de recordar. Aunque cada país les ha agregado su toque distintivo, los brezels son de origen europeo, herencia de una tradición panadera antigua y bien arraigada.

"Aunque no se sabe exactamente, se cree que el brezel se originó en la Edad Media inventado por monjes italianos que intentaban hacer un pan imitando la forma de unos brazos cruzados, como en actitud de rezo", comenta el chef pastelero Aldo Saavedra.

Ilustraciones y textos documentan el consumo de brezels en Europa desde hace siglos. Se cree que el nombre en alemán "brezel" deriva del latín "bracellius", que significa brazalete, o "bracchiola", que se traduce como pequeños brazos.

Popular en ferias y fiestas populares, así como para el desayuno, esta pieza, elaborada con harinas de trigo, centeno o espelta, puede glasearse o cubrirse con diferentes ingredientes como frutos secos, queso parmesano, especias... En ocasiones especiales, como Navidad, la preparación de la masa se aromatiza con especias.

"Un buen tip es: antes de hornearlos pueden hervirse en cerveza de estilo Stout, esto les dará más sabor y un mejor color. El hervor es necesario para que el brezel tenga una buena costra lisa y brillante", explica.

Por regiones

Franconia, Alemania = La masa se condimenta con semillas de anís.

Baviera, Alemania= Se sirven acompañados de salchichas blancas.

Alsacia, Francia = Se sirven como sándwich con mantequilla, carne y queso.

Filadelfia, Estados Unidos = Son suaves y se sirven con mostaza.

Escandinavia = Se llama kringler y se hace con hojaldre o...

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