Reto nada pequeño

AutorRebeca Pérez

Esta vez el cuento no es tan feliz, ni optimista. Si se busca entre los números, Guadalajara tiene 57 librerías, pero apenas dos dedican su acervo a los más pequeños: Leelefante y Asquilines.

Suenan insuficientes para los casi 250 mil niños de entre 5 y 14 años que viven en la Ciudad, pero ambas librerías tienen problemas para considerarse un negocio que genera utilidades en un país en el que apenas 2 por ciento de los mexicanos practica la lectura de manera cotidiana.

Asquilines, fundada por la promotora de lectura Teresa Orozco, abrió sus puertas en agosto del 2011. Leelefante se habilitó un par de meses después de la mano de Emma Sofía Madrazo y Tessie Solinis; ambas se ubican en Providencia.

Además de compartir ubicación, se reparten su pasión por atraer la atención de los primeros lectores, pero también resisten las dificultades porque consideran al libro como una herramienta que cambia la dinámica de los más chiquitos, para hacerlos más creativos, y disciplinados.

Aunque podría pensarse que no tendrían problemas para sobrevivir, por ser apenas dos librerías en la Ciudad, no trabajan en las mejores condiciones: la gente no considera al libro como un material indispensable.

"Ha sido muy difícil mantener el proyecto económicamente, incluso ahora estamos en un momento muy complicado, hemos pensado en cerrar, creemos que este es un espacio que la Ciudad necesita, pero falta apoyo de la sociedad", define Orozco.

Para Leelefante el cuento no es muy distinto. Aunque no faltan clientes, la venta de libros no es el negocio más lucrativo en un país en el que el índice de lectura es de apenas...

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