El reto de las fosas clandestinas

AutorDiana Baptista

MÉXICO.- La búsqueda de fosas clandestinas, así como la recuperación e identificación de restos humanos es un proceso que -de hacerse de forma adecuada- requiere alrededor de 1 a 3 meses para completarse, y que implica la intervención de especialistas interdisciplinarios, con acceso a equipo tecnológico altamente especializado.

Tres expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que colaboran con la PGR en la búsqueda del cuerpo de Rosendo Radilla Pacheco, desaparecido durante la guerra sucia en México, describieron en entrevista el complejo proceso para recuperar e identificar un cuerpo.

La búsqueda comienza con la orden de un Ministerio Público que, gracias a declaraciones de delincuentes, testigos o familiares de la víctimas, así como por el trabajo de investigación realizado sobre un caso, sospecha de la existencia de una fosa clandestina en un área determinada del País.

Dafne Ramírez, geóloga experta en salvamento arqueológico, explicó que la localización de fosas lleva hasta dos meses, pues implica la realización de reconocimientos satelitales, aéreos y terrestres de la zona.

Los especialistas consiguen imágenes infrarrojas, térmicas y convencionales desde un servicio satelital comercial, como Google Earth o Lansat, para identificar la existencia de cuerpos en descomposición en un área determinada; después, toman fotografías desde un avión o helicóptero para estudiar cambios visibles en el terreno.

Dependiendo del tipo de suelo, profundidad y tamaño de la fosa que se espera ubicar, se utilizan herramientas terrestres como el llamado resistivímetro, que mide la variación con la que material de subsuelo transmite electricidad; el magnetómetro, que mide la sensibilidad del suelo a ser magnetizado, y el radar de penetración terrestre, que mide el regreso de las ondas electromagnéticas.

"Utilizar los equipos reduce tiempos de búsqueda: no indican qué hay en el subsuelo, sino que hay una anomalía. Nosotros analizamos que las anomalías sean viables a excavarse, y no correspondan a un cambio en la vegetación o el clima, sino a la existencia de una fosa", apuntó Ramírez.

De carecer de equipos especializados, se aplican técnicas como caminar por la zona con un varilla, la cual se va introduciendo en el suelo para ubicar hundimientos inusuales; asimismo, se puede hacer una observación detallada de cada sección terrestre, para ubicar cambios repentinos en la vegetación.

Al corroborar la existencia de una fosa clandestina, un...

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