Retiran custodia al basurero de Cocula

Alberto Morales, enviado

COCULA, Gro., septiembre 24 (EL UNIVERSAL).- A casi un año de que la PGR centró sus investigaciones en el basurero de Cocula, —donde presuntamente los 43 normalistas de Ayotzinapa fueron asesinados e incinerados— el sitio se encuentra en el abandono, sin vigilancia, y a donde casi cualquier persona o animal puede entrar.

De acuerdo con fuentes de la Procuraduría General de la República (PGR), debido a que se terminó la investigación en ese lugar, ya no es necesario mantener la cadena de custodia en el basurero de Cocula.

No obstante, tras conocer el informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que no encontró evidencia científica para señalar que los estudiantes fueron incinerados, autoridades federales señalaron que regresarían al basurero; a la fecha no han regresado.

El pueblo de Cocula sigue fuertemente custodiado por elementos del Ejército, la Gendarmería Nacional y la Policía Estatal.

En la plaza del pueblo, una cuadrilla de trabajadores pinta el adoquín de color rojo. Uno de ellos señala: “Aquí no fue, ya lo sabía el pueblo, no tenía nada que esconder. La gente se sentía agüitada porque salieron a nivel nacional e internacional”.

Para llegar al basurero, el sinuoso camino de 5 kilómetros de la cabecera municipal hasta lo más alto de la loma es vigilado por fuerzas federales y estatales que patrullan la zona.

EL UNIVERSAL realizó un recorrido junto con la Gendarmería Nacional, donde sólo sus unidades 4x4 o camionetas blindadas pueden llegar.

A casi un año del trágico suceso, el basurero luce desierto y sin vigilancia, no queda nada de los tendidos o líneas que realizaron los forenses y peritos de la PGR, así como del equipo argentino de Antropología Forense que colaboró con las autoridades federales para buscar evidencias sobre el paradero de los estudiantes de la Normal Rural “Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero.

Aunque desde hace seis meses se retiraron los puntos de control y vigilancia, el camino sigue patrullado por fuerzas federales y estatales.

El suelo esta reblandecido por las intensas lluvias de la época, lo cual dificulta el ascenso, sobre todo a vehículos pequeños, pero al llegar al final de la brecha, están los terrenos donde algunos ejidatarios llevan a pastar a su ganado o caballos. A simple vista no queda evidencia de que haya existido un enorme fuego que duró 16 horas y cuya temperatura alcanzó los mil 500...

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