Y retiembla en su centro...

EL NORTE / Staff

LOS ÁNGELES.- La escena se repitió ayer ciudad tras ciudad de Estados Unidos: Cerca de 2 millones de inmigrantes y sus aliados estremecieron con sus demandas y su marcha las calles para probar la fuerza del movimiento hispano más grande de la historia.

Por segunda vez en menos de un mes, los inmigrantes salieron en masa y sorprendentemente organizados para exigir una reforma migratoria integral, justo cuando ésta se debate en el Senado estadounidense.

Los grupos inmigrantes tomaron los centros de por lo menos 50 ciudades, decididos a detener la Ley Sensenbrenner que penaliza la migración indocumentada y castiga a quienes le presten ayuda humanitaria.

El Alcalde de Los Ángeles, Antonio Villaraigosa, estimó que cerca de un millón marchó en esta ciudad.

En Chicago, otro de los epicentros del movimiento, se contabilizó más de medio millón de migrantes de muchas nacionalidades, imperando los mexicanos.

Nueva York, Houston, Dallas, San Antonio y Denver también destacaron por el número de manifestantes.

En lo económico, las marchas estuvieron acompañadas de paros en algunos sectores que, aunque no generalizados, lograron detener, por ejemplo, el 80 por ciento de las operaciones de los puertos de Los Ángeles y Long Beach.

Lo mismo ocurrió con algunas de las empacadoras de alimentos más importantes, la central de abasto en Los Ángeles y los comercios de los barrios étnicos de las grandes ciudades.

Igualmente, plantas procesadoras de carnes de las grandes compañías, como Tyson, Cargill y Perdue Farms, suspendieron operaciones en varias plantas, ante la ausencia de trabajadores.

"Esto muestra que este esfuerzo tiene un moméntum real", dijo Roberto Suro, director del Centro Hispánico Pew. "Había...

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