Reta poligamia a Francia

AutorMónica Delgado

Corresponsal

PARÍS.- De origen senegalés, Julienne Mendy, de 31 años se ha convertido en una figura de su comunidad desde que se atrevió a dejar a su marido polígamo. Con sus cinco hijos vive hoy en la localidad de Ulis, suburbio al sur de París y escribió un libro para dar a conocer su experiencia.

"Quiero que sea un ejemplo para otras mujeres en la misma situación y también espero que sirva para que los franceses y las autoridades se den cuenta del problema y luchen contra ello", explicó a REFORMA.

Como otras mujeres originarias de países de África Subsahariana, Julienne descubrió un buen día que su marido había tomado una segunda esposa y tuvo que aceptarlo.

Pero a diferencia de la mayoría de las africanas que llegan a Francia ya adultas y casadas, Julienne emigró a la nación europea en 1984, cuando tenía 5 años, y fue a la escuela hasta los 17, cuando contrajo matrimonio y tuvo a su primer hijo.

"La presión de la comunidad y el peso de las tradiciones son muy fuertes. Aunque todas las familias senegalenses no son polígamas, todos lo ven como algo evidente y las mujeres no pueden oponerse. Para los hombres es una cuestión de prestigio y de virilidad", describió.

Aunque la poligamia está prohibida en Francia, ésta no es inusual entre las familias de inmigrantes provenientes de la citada región africana.

La ley de reagrupación familiar instituida en los años 70 y que permitía a un migrante residente en Francia llevar legalmente al país a sus parientes, toleró el arribo de estas familias.

De acuerdo con la asociación Nouveaux Pas pionera en la lucha contra este fenómeno, las condiciones de vida de los inmigrantes en Francia, el problema del idioma, los departamentos pequeños y el entorno complican la situación para las mujeres e hijos de polígamos.

"En general hay dos o tres esposas con un mínimo de tres a cuatro hijos cada una. Los celos que las oponen se acrecientan, los niños no tienen espacio para jugar, para las tareas, muchos se van a la escuela sin comer ni lavarse. Se la pasan en la calle con todos los riesgos de caer en la delincuencia", comentó Camara Djenabou, originaria de Guinea Bissau, quien creció en una familia de este tipo.

A los ojos de los franceses prevalece la idea que los africanos son polígamos para aprovechar el generoso sistema de ayudas familiares del Estado francés.

Este pensamiento es reforzado por casos como el de Lies Hebbadj, un musulmán que tiene cuatro mujeres y 15 hijos, y que en los últimos tres años...

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