Empresa/ Resurrección

AutorAlberto Barranco Chavarría

El coctel es impresionante: recuperar la línea de competencia en el ámbito de la telefonía privada; romper el círculo vicioso que vuelve insostenible la oferta de comunicación celular; ofrecer viabilidad pública a la participación privada en la creación de la red de carreteras; abrir el escenario al regreso del ferrocarril de pasajeros...

Y más: hacer rentable la oferta de correos y telégrafos, manteniendo la exclusividad constitucional; recuperar el esquema de marina mercante; reintegrar el interés de los particulares en las terminales aéreas, tras la venta apresurada de las joyas de la corona; asumir finalmente la sede para el aeropuerto alterno "Benito Juárez" de la capital del país...

La primera señal de que el muerto había abierto los ojos llegó la primera semana de enero, al hacerse público el fin de la guerra telefónica que se había declarado a la apertura de la competencia abierta en el mercado de larga distancia, a cuya vera se habían cruzado interminables demandas y contrademandas entre Teléfonos de México, Avantel y Alestra.

El epicentro del conflicto, en cuya inercia la Casa Blanca mantiene viva la amenaza de elevar el asunto a un panel de solución de controversias de la Organización Mundial de Comercio, alegando incumplimiento de compromisos en materia de apertura, eran las tarifas de interconexión impuestas por la firma Carlos Slim Helú.

Al fragor de la refriega, las firmas de capital minoritario estadounidense llegaron a acumular una deuda que en conjunto ascendía a 400 millones de dólares.

Lo curioso del caso es que la intervención del flamante titular de la dependencia, Pedro Cerisola, se concretó a lo simple: exigir que se pusieran de acuerdo, cerrando la puerta por lo pronto a cualquier posibilidad de diálogo que no involucrara a la totalidad de los actores.

Y se hizo la luz... con la novedad de que no sólo las partes en pugna, sino el resto de las empresas en competencia quedaron satisfechas con el arreglo, a cuya vera la empresa líder aceptaba la caída drástica de la tarifa en discordia, en tanto las contrapartes se comprometían a no recurrir a la práctica de by pass o puenteo para eludir la conexión con la estructura de Teléfonos de México.

El lunar, en tal caso, lo constituyó Marcatel, a quien la tarifa acordada le pareció excesiva, alegando que ella no realizaba la práctica impugnada... por más que al final aceptaría que bueno-sí-pero-sólo-un-poquito...

El caso es que cerrado el expediente, la dependencia abrió otro...

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