El respaldo popular de AMLO, un dato clave para saber quién será la primera presidenta de México

Fecha de publicación08 Enero 2024
Claudia Sheinbaum y López Obrador, en un acto en Ciudad de México. Foto: Shutterstock
Claudia Sheinbaum y López Obrador, en un acto en Ciudad de México. Foto: Shutterstock

Por Orestes Enrique Díaz Rodríguez / The Conversation

El próximo 2 de junio los mexicanos tienen una cita histórica con las urnas. De ellas saldrá, casi con seguridad, la primera presidenta del país. Las dos aspirantes representan modelos divergentes. El oficialismo, encarnado por Claudia Sheinbaum, hereda una versión que, en nombre de una mayor redistribución de la riqueza, concentra la totalidad del poder en la figura del presidente, Andrés Manuel López Obrador, y de su partido Morena.

La alternancia se ofrece desde una coalición de partidos opositores. Estos y su precandidata presidencial, Xóchilt Gálvez, pregonan la necesidad de respetar ciertos contrapesos institucionales. Pero la credibilidad de esas organizaciones, quienes gobernaron entre 2000 y 2018, y probablemente del modelo de democracia electoral que representan está seriamente cuestionada. En medio de este contexto, la elevada y persistente aprobación popular de López Obrador puede ofrecer claves reveladoras, aunque no definitivas.

El último reporte de Oraculus, un agregador de encuestas, registró que el 68% de los ciudadanos mexicanos aprueba la gestión del presidente López Obrador, mientras solo el 29% la reprueba.

Una aprobación sexenal estable y positiva

Durante cinco años, la aprobación del presidente mexicano ha logrado evitar descensos pronunciados. Llegado el arranque de la campaña electoral, todo apunta a que continuará siendo estable y positiva.

Lamentablemente, los analistas subestiman el impacto que dicha situación puede llegar a tener en el desenlace de la venidera elección presidencial. Una postura asociada a tres poderosos mitos.

Mito 1: Una cosa es aprobar y otra es votar. La popularidad del presidente importa poco a efectos del desenlace de la elección presidencial.

Este mito ignora olímpicamente una referencia esencial. Hace treinta años, el politólogo Fabián Echegaray fue el pionero en revelar que la popularidad de los mandatarios latinoamericanos es el mejor predictor del resultado que obtendrá el candidato del oficialismo en la elección. Aprobar y votar son dos actos diferentes, pero suele producirse un fuerte vínculo positivo entre ambos. Sería desconcertante para la democracia que los ciudadanos rechazaran en las urnas de forma regular gobiernos cuya gestión aprueban en las encuestas de opinión pública.

La experiencia comparada latinoamericana arroja que entre 1982 y 2023 un total de treinta y cinco mandatarios pertenecientes a catorce países de la región, cuyas elecciones tienen lugar en un entorno libre y transparente, arribaron a los meses previos al inicio de la campaña electoral con una aprobación positiva.

En veintisiete de los casos (77.14%), se produjo una transferencia generosa y suficiente desde la popularidad del ejecutivo de turno al caudal de votos del candidato presidencial del oficialismo. Sobre aviso no hay engaño. La aprobación...

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