Resiste arte en Detroit

AutorÁngel Villarino

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DETROIT.- El Detroit Institute of Art (DIA) se mantiene aún hoy como un oasis en medio de la ruina.

Exquisitamente decoradas e iluminadas, sus salas son una rareza en una urbe donde hace ya tiempo que no hay dinero ni para el alumbrado público de noche.

La pulcritud de sus pasillos contrasta con la suciedad de calles llenas de basura y casas derruidas. Pero el agujero de deuda generado por el otrora motor industrial de Estados Unidos amenaza con tragarse también sus cuadros y esculturas: una de las colecciones más valiosas del país.

A finales de julio, se anunció que el tesoro artístico del DIA, patrimonio de la ciudad, sería tasado y eventualmente vendido para pagar parte de los 18 mil 500 millones de dólares de deuda.

Se trata de una alternativa desesperada después de que Detroit se convirtiese en la urbe más grande que se ha declarado en bancarrota en la historia de EU.

Con los acreedores llamando a la puerta, hay quien considera más importantes las pensiones o los salarios de los policías que unos "pedazos de tela", como los describió Tim Worstall, conocido columnista de Forbes.

Sin embargo, desde la escalinata decorada con la estatua de Rodin que sirve de entrada al museo, las cosas se ven de otra manera.

Con el respaldo de decenas de políticos, intelectuales y artistas, las autoridades del DIA aseguran que no están dispuestas a vender ni un solo cuadro de su colección, mucho menos las joyas de Van Gogh, Bruegel el Viejo, Diego Rivera o Picasso.

"No estamos abiertos a vender ni una sola obra de arte. No podemos hacerlo porque estaríamos rompiendo la confianza de los donantes, los estándares internacionales y los contratos con los que nos financiamos", aseguró Pam Marcil, su directora de Relaciones Públicas.

El último de los motivos citados es el más decisivo, puesto que el 70 por ciento de los fondos del museo procede de tres condados del estado de Michigan (Wayne, Oakland y Macomb) que ejercen de mecenas a cambio de pases gratuitos y otras ventajas.

"De ellos recibimos anualmente 23 millones de dólares que nos permiten mantenernos. Y si nos obligan a vender un solo cuadro, este contrato quedaría anulado, perderíamos la financiación y nos veríamos obligados a ir recortando poco a poco hasta acabar cerrando el museo", dijo Marcil.

"Nadie sabe lo que puede pasar porque una bancarrota como la de Detroit no se ha producido nunca antes, pero si nos obligan a vender cuadros sería el principio del fin del DIA", aseguró.

Para los...

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