Rescatan en Oaxaca convento perdido

AutorOscar Cid de León

Un convento perdido del Siglo 16, antecedente directo de Santo Domingo de Guzmán, vuelve a ver la luz en la ciudad de Oaxaca.

Fue levantado en 1529 a dos cuadras del Zócalo por los dominicos, quienes lo abandonaron en 1860 cuando su propiedad fue fragmentada por mandato de Benito Juárez. Ya había perdido su atrio, pero faltaba abrir la calle de Fiallo que terminó por partirlo en dos, mientras que el resto del complejo fue seccionado en lotes y vendido a particulares, perdiéndose su registro en la memoria de los oaxaqueños.

Se trata del ex Convento de Santo Domingo de Soriano, también conocido como San Pablo.

"Se pensaba que los diferentes dueños que habían comprado sus partes lo habían destruido, pero cuando empezamos a liberar aplanados en los muros resultó que estábamos viendo arcos cegados, puertas y ventanas tapiadas, y nos dimos cuenta que se había conservado mucho más de lo que jamás se pensó", cuenta Sebastian Van Doesburg, historiador del sitio que ahora es rescatado por la Fundación Alfredo Harp Helú para devolverlo a la ciudad transformado en centro cultural.

Los trabajos se encuentran en su recta final. Van Doesburg no deja de sorprenderse, pues a pesar de que los vecinos hicieron con sus "cachitos" lo que quisieron -un estacionamiento, una pastelería, un taller mecánico, una estética unisex, un hotel o simplemente casas habitación-, muchos muros originales, de cantera verde, resurgieron de los tapiados tras 150 años.

Los descubrimientos comenzaron en 2006, tras la compra de una propiedad por parte de la fundación en la manzana que ocupó el cuerpo principal del convento para crear el Museo Textil de Oaxaca. El interés se acentuó y se comenzó a adquirir propiedades.

Fueron dos los hallazgos más importantes, cuenta el historiador: una capilla que arrojó frescos originales y que en algún momento sirvió de taller automotriz, y la fachada principal, que daba a un garage interior, como si se tratara de la pared de la casa vecina.

"La fachada era casi totalmente invisible, se veía un cachito y estaba tapiada. Daba hacia un estacionamiento; casi nada se veía porque las vigas de metal del techo simplemente empotraban en su cantera".

Se ha limpiado ya su frente, recuperado la capilla y parte del claustro, más no el área dentro de la manzana que ocupó la nave mayor, pues ésta se encuentra en un inmueble que no ha podido ser adquirido.

Según un mapa de 1848, San Pablo tuvo un atrio en forma de T, y esto es porque a eso lo había reducido el...

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