La resaca de la extinción

AutorJésica Zermeño Núñez

Laura Leticia Mendoza llegó el pasado 1o. de octubre a las 11 de la mañana al módulo de atención a clientes de la Comisión Federal de Electricidad La Raza buscando solución. En julio pidió que instalaran un medidor nuevo en su casa, ubicada en la colonia Industrial, para que registrara el consumo de luz de la mitad de su hogar, donde próximamente vivirá su hijo. Lo instalaron, pero la primera medición del aparato fue exorbitante: 35 mil 897 pesos. Según el recibo, eso es lo que cuesta la electricidad que se utilizó en una casa todavía deshabitada, que sólo tiene conectados un refrigerador y un horno de microondas durante 40 días.

El recibo marcaba adeudos anteriores, cuando apenas se había instalado. "Imposible. Hay un gran error", se dijo.

Laura entró al módulo y se formó para recibir turno. No era la primera vez que lo hacía. Tres días antes había estado en el módulo de Lindavista ocho horas sin que le resolvieran nada. Al final, la mandaron a La Raza. Ahí le tocaba, le dijeron. Y no era la única que iba a reclamar por la cantidad en su recibo. La mayoría estaba ahí por la misma razón.

Una señora que se encontró en la fila dio a Laura su explicación del aumento. "A mí me subió casi 700 pesos el pago, y mi nieta me dijo que es porque nosotros estamos pagando toda la luz que se consumió en los festejos del Bicentenario. Si nos van a cobrar eso, que sea por lo menos 200 a cada uno, ¿no? No más, porque no vamos a poder pagar". Otra señora, que también estaba formada y escuchó el comentario, se sumó a la conversación. "Antes los de Luz y Fuerza robaban para los trabajadores, pero ¿éstos para quién roban? A mí ni me han revisado el medidor, aquí dice que es una medición estimada, y me quieren cobrar mil 400 pesos, ¿de dónde los voy a pagar?".

Tras 30 minutos de fila, Laura llegó a la máquina expendedora de turnos administrada por una señorita, quien cuida que éstos sean dados sólo a personas con aclaraciones procedentes, pues hay poco personal que atienda y mucha gente esperando. Recibió el turno 75. Hora y media después la atendió uno de los cuatro ejecutivos del módulo. Ella explicó: todo parecía normal con el medidor hasta que llegó el primer recibo, 3 mil 311 kilowatts por hora consumidos entre mediados de julio -cuando fue instalado- y el 26 de agosto. Una casa normal consume entre 100 y 500 kilowatts hora por bimestre, aproximadamente.

Exhibió pruebas de su dicho, las mismas que portan casi todos los que van a reclamar: recibos anteriores para comprobar lo inusual de la nueva medición -algunos incluso llevan "cuadritos", los recibos de Luz y Fuerza-, así como una fotografía ampliada de su medidor en la que se aprecia que el registro real es siete veces menor que lo que decía el documento: 468 kilowatts por hora. "Si ellos no van a checar los medidores, les traeremos las mediciones, aunque sea en fotos, pero no nos van a cobrar más", explicó. La empleada de CFE reconoció el error. El cobro quedó en 538 pesos.

Ahora ella y su hijo pagarán un promedio de mil 100 pesos bimestrales de luz con dos medidores, casi el triple de lo que pagaban por toda la casa con la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, extinta en octubre de 2009.

Laura es uno de los...

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