Renovación en línea

AutorAna Cristina Enríquez

NUEVA YORK.- En alguna ocasión, Jane Jacobs, teórico urbanista de origen canadiense, dijo que a veces las ideas antiguas pueden hacer uso de construcciones nuevas y viceversa.

Es así como High Line, nuevo parque de Nueva York que abrió su primera etapa el 9 de junio, es muestra de que una ocurrencia inteligente puede transformarse y darle vida a un elemento urbano destinado a desaparecer.

Jacobs, quien murió en 2006, amaba las ciudades vivas, en las que la gente usa las calles y los espacios comunes, y precisamente este nuevo jardín público, construido sobre una vieja vía elevada del tren, no sólo revitaliza la estructura abandonada, sino que le da vida y carácter a la floreciente zona del oeste de Manhattan.

La primera etapa de High Line, o línea elevada, empieza en la calle Gansevoort, ubicada en el Meatpacking District, y continúa hasta la 20, en Chelsea, entre las avenidas 10 y 11.

Esta línea de tren elevada fue construida en la década de los 30 como parte de una enorme infraestructura realizada con fondos públicos y privados. Su objetivo era separar del tráfico a los peligrosos trenes de carga en esa área de Manhattan, que era el distrito industrial más grande de la época.

Fue así como la High Line trasladó a los ferrocarriles que podían ingresar en varios edificios de la zona para que transportaran leche, carne y otros productos sin intervenir con el tráfico de la Ciudad hasta 1980.

NUEVO FUNCIONAMIENTO

Con el paso del tiempo, al correr peligro la estructura, un grupo de personas interesadas en preservar el entorno urbano se organizó en 1999 y fundó los Amigos de la High Line con el objetivo de preservarla y recaudar fondos para ayudar a operar el nuevo jardín.

El equipo de diseño estuvo liderado por el despacho James Corner Field Operations en conjunto con el taller Diller Scofidio + Renfro, cuyos arquitectos buscaron capturar la naturaleza tranquila de la línea elevada y mantenerla separada de las ruidosas calles de Manhattan.

Una combinación de plantas que crecieron naturalmente entre los rieles y otras que fueron colocadas por los paisajistas reverdece la zona, mientras que bancas fijas y movibles ofrecen un lugar para sentarse y poder admirar el panorama urbano al lado del río Hudson.

La segunda sección del proyecto, comprendida entre las calles 20 y 30, está proyectada para abrirse en 2010.

La anterior misión de la High Line era evitar el peligro de los trenes de carga, y ahora...

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