Reivindica el reino de la variedad sexual

AutorAntonio Bertrán

Bienaventurados los polígamos porque... "de ellos es el reino de la variedad", completa el escritor Héctor Aguilar Camín, quien sentencia: "La idea del amor único entre dos personas es una utopía maravillosa que gobierna nuestra imaginación pero no nuestros actos".

De ahí que la realidad amorosa acostumbre vivir en la hipocresía: "tiene que declararse fiel y monogámica cuando es infiel, polígama y coleccionista".

A pesar de ello, aclara el también analista político y titular del programa Zona abierta, el amor exclusivo hacia una persona no es imposible: es temporal e indispensable.

"El momento climático del amor es el de las ganas de pertenecer a una persona y de que esa persona le pertenezca sólo a uno. Pero como todos los momentos culminantes, no dura ni puede durar".

Aunque parezca paradójico, Aguilar Camín cree en una peculiar forma de poligamia fincada en la fidelidad: el historiador Justo Adriano Alemán, el protagonista de su más reciente novela, Las mujeres de Adriano (Alfaguara), narra a un alumno periodista la relación que mantuvo con las cinco mujeres que amó en su vida, no sólo de manera simultánea, sino recurrentemente a través de los años, en un juego de abandonos y reencuentros que terminaban por fortalecer su vínculo.

"Esta novela es una metáfora sobre la inevitable diversidad amorosa de la vida, y al mismo tiempo de la fidelidad, porque Adriano ama a sus cinco mujeres desde el momento mismo en que las conoce y le es concedida la buena fortuna de poderlas conservar a todas mientras envejece".

Con esta ficción, el autor nacido en Chetumal, Quintana Roo, en 1946, salda una deuda que tenía pendiente con un personaje, el narrador de La guerra de Galio (1991), un historiador que tras conocer la muerte "trágica y tonta" de su alumno Carlos García Vigil, decide contar su historia íntima, ligada a los acontecimientos de 1968, a partir de sus papeles personales.

"Como autor de la novela, siempre me quedó la duda de quién era humana y amorosamente este narrador (Justo Adriano Alemán) que parecía tan escéptico, tan ermitaño y cerebral, pero al mismo tiempo fue capaz de contagiarse de la vivencia de su alumno".

Las mujeres de Adriano también cierra el ciclo de "preocupaciones existenciales" en la producción literaria de Aguilar Camín. Novelas anteriores como Morir en el Golfo (1985) y La guerra de Galio, explica, le permitieron realizar "un ajuste de cuentas emocionales y literarias" con los miembros de su generación. Aunque el amor no...

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