'Reinan' en prisión lideresas del narco

AutorAntonio Baranda

La vida en prisión para las mujeres acusadas por narcotráfico depende del puesto que hayan tenido en su organización delictiva.

Mientras las "burreras" con frecuencia son abandonadas por su familia, pareja, y carecen de dinero, las lideresas gozan de celdas para ellas solas, tienen visitas continuas y cuentan con internas a su servicio.

Las presuntas líderes de los grandes cárteles de la droga tienen visita continua, son defendidas por despachos jurídicos especializados, y viven en dormitorios restringidos con máximo una compañera de celda, por lo que no han experimentado el hacinamiento en el que viven las demás presas.

Además, no se preocupan por trabajar, y "encargan" a otras internas la limpieza de sus celdas, el lavado y planchado de su ropa, la preparación especial de sus alimentos, e incluso su arreglo personal.

"Estas mujeres viven cómodamente porque todo les hacen, ellas sólo participan en actividades culturales y artísticas por hobbie y por distraerse, pero no por necesidad, incluso hay reclusas que les tiñen el cabello y les pintan las uñas periódicamente.

"Además, son prácticamente intocables porque tienen vigilancia permanente y la población las respeta, incluso hay internas que desde que llegan se ponen a su disposición, les dicen que son sus esclavas", comentó una custodia de Santa Martha.

Entre las "líderes" están Sandra Ávila Beltrán, presunta lavadora de dinero de Ismael "El Mayo" Zambada, capo del cártel de Sinaloa; y Cantalicia Garza Azuara, operadora financiera del Cártel del Golfo y hermana de Juan Óscar Garza Azuara, "El Barbas".

Ambas ocupan celdas del dormitorio A en el penal femenil de Santa Martha Acatitla, considerado de acceso restringido, donde es cotidiano observarlas portando gorra, lentes obscuros, ropa y calzado de marca.

En el penal de Tepepan, en Xochimilco, está recluida Ofelia Fonseca, hija del legendario narcotraficante Ernesto Fonseca Carrillo, "Don Neto", capo del cártel de Sinaloa.

La otra realidad

Sofía es colombiana y está acusada de delitos contra la salud. Fue detenida hace 3 años en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, acusada de formar parte de una banda dedicada a introducir droga al país.

Desde que la ingresaron al penal femenil de Santa Martha Acatitla, la joven de 24 años de edad sólo ha contado con el apoyo de algunas reclusas con alto poder adquisitivo, pues su familia no puede visitarla, y su novio, también preso, simplemente la olvidó.

Esta misma suerte corren en prisión...

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