El regreso de 'el chico [ni tan chico] malo'

AutorEugenio Guzmán

Mientras piso por piso las Torres Gemelas iban cayendo el 11 de septiembre, Jack Nicholson tenía un encuentro íntimo con la parte creativa de su persona.

Todavía impactado por los ataques terroristas que tumbaron los rascacielos más altos de la ciudad que lo vio nacer hace 69 años, decidió que era momento de dirigir su carrera hacia el optimismo y el descanso pasajero que provee la comedia.

"No sé nada acerca de esos terroristas, ni de la crisis de Medio Oriente, estoy informado, pero no pretendo saber más de lo que sé. Entonces, inmediatamente luego de que el World Trade Center fue destruido dije a mi creador interior: 'Ok, manda traer a los payasos'", platica el veterano en una suite del Four Seasons de Los Ángeles, que por cierto apesta a cigarrillo.

A partir de la tragedia se involucró en tres comedias seguidas: Las Confesiones del Sr. Schmidt (2002), Locos de Ira (2003) y Alguien Tiene que Ceder (2003).

"Obviamente me preocupaba esa situación y hago alianza con mi país aunque a veces no esté de acuerdo con lo que se hace (desde el gobierno), pero espero lo mejor. Mucha gente estaba asustada o enojada, en ese momento quise hacer un trabajo que sirviera como relajante".

Nicholson habla despacio, entre frase y frase exhala de su boca y nariz el humo de los Camel que se empuja desde muy temprano en la mañana. Está vestido con traje de rayas blancas y negras, debajo viste camisa verde limón, no trae calcetines y obviamente usa lentes oscuros, su marca registrada a lo largo de varias décadas.

Este año, para el gozo de quienes disfrutan ver su cara de loco, encarna a quien, según sus palabras, es el personaje más despiadado que le ha tocado actuar en la cinta Los Infiltrados (The Departed), dirigida por el maestro del cine gangsteril, Martin Scorsese.

"(Esta película) me da la oportunidad de ser el chico malo otra vez, este personaje es la reencarnación de la maldad. Interpreto a un tipo que no tiene bendiciones y cree tener privilegios acerca de la vida y muerte de los demás. Él es realmente malo", advierte.

Frank Costello, su personaje, está basado en el gángster Whitey Bulger, líder de la Winter Hill Gang, organización criminal de Estados Unidos con raíces irlandesas fundada en Boston.

Nicholson había rechazado el papel, pero una vez que se reunió con Scorsese y con Leonardo DiCaprio, éstos lo convencieron para estar en el filme, el cual tiene entre sus productores a Brad Pitt y a Jennifer Aniston.

Una clase de actuación

El 12 veces...

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