Regresa 'El Tigre' a casa

AutorFrancisco Morales V.

De traje negro, corbata gris y lentes oscuros: siempre elegante, y con la presencia de un tigre -su legendario apodo-, el poeta Eduardo Lizalde regresó al recinto que dirigió por dos décadas como quien regresa a casa, a sus anchas.

¿Extrañará su oficina en la Biblioteca de México?

A lo que el escritor, con su insigne voz profunda, soltó una respuesta sardónica: "Pues no mucho, porque pasé demasiado tiempo (aquí). Creo que fue un descanso abandonar esta labor".

Sus antiguos colaboradores rieron al escucharlo, y a Lizalde, fugazmente, se le miró complacido. Después de todo, entre esas paredes que fueron su hogar, se le homenajeaba con una exposición por sus 90 años de vida.

Curada por el escritor Geney Beltrán, la muestra, inaugurada ayer y situada en una de las salas de la biblioteca, juega, precisamente, con el arraigo del poeta y el título de uno de sus libros más conocidos: El Tigre en su casa. Homenaje, 90 años.

Primeras ediciones, recortes de periódico, grabaciones con su voz y citas de colaboradores y amigos recorren la trayectoria del escritor a través de sus distintas aristas, como su oficio capital como poeta, su incursión en la narrativa, sus empeños como crítico literario y traductor y su amor por la ópera.

En la ceremonia inaugural, Lizalde (1929) tomó el micrófono e impartió una pequeña cátedra sobre literatura en la que reflexionó, además, sobre su propia condición de poeta.

"Celebro que se nos siga leyendo a estas avanzadísimas edades", comenzó el nonagenario autor. Sin embargo, explicó, sabe que sus lectores no son multitud.

Evocando a poetas como Charles Baudelaire, César Vallejo y Ramón López Velarde, el autor de El tigre en la casa (1970) recordó que, a veces, los grandes poetas fallecen antes de que la celebridad los alcance.

"Esa condición de escritores que escriben para minorías enteradas, o que produce una literatura de complejidad no apta para el cultivo multitudinario, sigue siendo la nuestra", señaló.

Su caso, sin embargo, es dispar al de otros poetas que vivieron a la sombra de los prosistas de su época.

"He escrito prosa, pero nunca tuvo la aceptación que, por fortuna y suerte -que he tenido mucha a lo largo de la vida-, (sí he tenido) en una larga obra de un poeta...

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