Un regocijo en dos tandas

AutorHéctor Contreras

El Siglo 19 en Guadalajara se caracterizó, entre otras cosas, por la censura que el Estado y la Iglesia ejercieron en los espectáculos en búsqueda de moralizar y educar. Sin embargo, a principios del Siglo 20, las populosas carpas, de las que saldrían algunos de los cómicos más famosos del cine nacional, trastocaron la norma.

En ellas se criticó a los políticos y comenzaron los desnudos de algunas de las bailarinas.

Como espacio físico representó muchas ventajas para los empresarios: eran desmontables y costaban menos que un teatro. Incluso, debido a los temblores, la gente se siente más segura dentro de una carpa.

Efraín Franco dice en la "Enciclopedia Temática de Jalisco" que para mediados del Siglo 19 aparecen muchos espacios de lona, llamadas carpas, donde se presentan títeres, comedias y zarzuelas.

El primer permiso oficial para instalar una carpa en Jalisco aparece en 1912. Existe un vacío histórico tal vez por las guerras y la inestabilidad política, pero hasta 1917 aparece otro permiso para carpa de variedades. En ella se presentan, con boletos de entre 50 y 80 centavos, una variedad de sketches, pequeñas obras teatrales, números musicales, cantantes, cómicos, bailarines, declamadores y quienes realmente deseaban ser artistas.

Cuando se abre la Calzada Independencia, al entubarse el Río San Juan de Dios, quedan en la zona muchos lotes baldíos, idóneos por su situación cerca del centro capitalino para instalar carpas.

Socorro Merlín, en el libro "Vida y Milagro de las Carpas", dimensiona a la carpa como fiesta del teatro en espacio de transgresión estética, política y lingüística.

"La presencia de las carpas en nuestro país es un fenómeno cultural que no comienza ni termina abruptamente, sino que tiene repercusiones en el tiempo y en el espacio. Surge del sincretismo cultural de las fiestas europeas y mesoamericanas ligadas a rituales religiosos", explica.

La carpa, asegura, era un lugar lleno de rituales, donde el imaginario colectivo maneja símbolos a su antojo, sin reglas, normas o límites. Sin embargo la fiesta se une a lo sagrado, al miedo, y sentimientos encontrados por la vida y la muerte.

Los rituales comenzaban desde la instalación de las lonas hasta el anuncio de la primera tanda en la que actuaban los cómicos principiantes, y en la segunda y la tercera los más experimentados.

"El público conocía este código y lo aceptaba, pero si en la última tanda el programa o los artistas no correspondían a lo prometido, aplaudía y...

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