Reforma laboral: Modelo incompleto

AutorFernando Pedrero

Ante la necesidad de disminuir las tasas de desempleo y atraer nuevas inversiones extranjeras, en los últimos 10 años la tendencia internacional en materia laboral se ha orientado hacia la flexibilización de la contratación de personal, a través de nuevos esquemas de contratos temporales, revisión de las indemnizaciones por despido, control de los mecanismos de huelga y restarle poder a los sindicatos.

La Organización Internacional del Trabajo afirma que las reformas que se han seguido en algunos países de Europa y Latinoamérica, tomando como referencia a otras legislaciones, han buscado una mayor flexibilización.

El vicepresidente del Consejo de Administración de la OIT a nivel mundial, Daniel Funes de Rioja, sostiene que los sistemas laborales rígidos, con modelos de economía cerrada, han mostrado su fracaso.

Javier González-Olaechea Franco, representante en México de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), agrega que en México se realiza un diálogo intenso entre los sectores productivos, en el que se toma como referencia a otras legislaciones, y donde la prioridad es concretar una ley que fomente las inversiones y mejore los empleos.

Pero la llamada "flexibilización" laboral no ha sido fácil, ni ha logrado un equilibrio en el mercado de trabajo, señalan especialistas, así como representantes empresariales y sindicales de algunos de los países que han realizado reformas a su legislación.

España empezó con reformas a mediados de la década de los 70, ocho reformas a la largo de estos años, para dar pie a una flexibilización laboral, que reducía el impacto de las indemnizaciones bajo el principio que "si es costoso el despido se inhibía la contratación", con lo cual bajó la tasa de desempleo a más de la mitad.

En medio de las protestas sindicales, se recortaron las garantías laborales y las prestaciones a que tienen derecho los trabajadores que se quedan en paro.

Actualmente necesitan acumular un mínimo de 12 meses en activo para acceder a la subvención oficial (75 por ciento del salario con una cobertura de cuatro meses a dos años) cuando antes de las reformas bastaba con seis meses laborados.

Las indemnizaciones por despido, si el contrato es posterior al 2000, son de 28 días por año trabajado cuando anteriormente eran de 45 días.

"... desde luego, hay que liberalizar todavía más el mercado de trabajo y empezar a dar pasos hacia sistemas de pensiones de capitalización que, entre otras cosas, abaratarían los costos laborales"...

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