REFLEXIONES / Sola y agobiada

AutorMauricio González

La inflación sigue dando de qué hablar. Sabemos que cerró el año pasado en 6.8 por ciento, pero no estamos ciertos de cómo regresará a su estándar histórico de 3 a 4 por ciento.

El aumento de la inflación mexicana el año pasado fue sorpresivo. Ello redujo el poder de compra de los salarios, especialmente en el estrato de bajos ingresos, ya que los precios de los bienes y servicios básicos duplicaron el aumento de las remuneraciones laborales. Asimismo, la inflación disminuyó el valor real de los ahorros de aquellas personas que poseen un patrimonio financiero y actuó como un impuesto oculto al reducir el valor real de la tenencia de efectivo de las personas.

En síntesis, la inflación inevitablemente mermó, más bien expropió, una porción del ingreso y de la riqueza de los mexicanos en 2017.

El nuevo Gobernador del Banco de México se apresuró al mencionar que la inflación no está fuera de control. Duplicar el ritmo de crecimiento de los precios de un año para otro y alcanzar un nivel 70 por ciento por encima de límite de tolerancia fijado del propio banco central no son signos de que la inflación está dominada. Esas declaraciones ex-officio no ayudan a la credibilidad de la institución.

La pregunta central es cómo podría la inflación regresar al rango de 3 a 4 por ciento, norma que, más que sana, es a la que nos hemos acostumbrado por más de una década (lo ideal sería que la inflación de México fuera similar a la de sus principales socios comerciales, o sea la de EUA, y se ubicara alrededor de 2 por ciento anual consistentemente).

La inflación del año pasado fue alta a pesar de las acciones para contenerla por parte del Banco de México. En 2017, el Banco Central elevó las tasa de interés cuatro veces para finalizar el año en 7.25 por ciento. Ciertamente Banxico no se quedó cruzado de brazos, sin embargo, los precios al consumidor rebasaron el objetivo que el instituto central a había establecido para ellos, a pesar de aplicar una política monetaria restrictiva. Esta falta de potencia de la política monetaria obedece a que en México el uso del crédito es relativamente bajo para el tamaño de la economía. El saldo de financiamiento de la...

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