Reflexiones y Balones / ¿Estamos preparados?

AutorFélix Fernández Christlieb

Los huracanes, a diferencia de otros desastres naturales, nos otorgan la posibilidad de preparar su embestida con suficiente tiempo de anticipación.

Una vez enterados que el meteoro se dirige a nuestra población, queda en nuestras manos el grado de precaución.

Era conocido por todos que "Wilma" pasaría sobre nuestras cabezas en el sur de la Florida, al menos con categoría 2; por lo que mientras nuestros vecinos de la izquierda optaron por trasladarse a la ciudad de Dallas, dejando su casa prácticamente blindada, nuestros vecinos de la derecha no guardaron siquiera su hamaca y mucho menos protegieron sus ventanas. ¿Cuál de las dos medidas sería la adecuada? Al final, con pocas horas de anticipación, optamos por instalar las protecciones en las ventanas, con la mala fortuna de que fue imposible colocarlas de un lado de la casa, aparentemente el lado que no atacaría "Wilma"; pero aun así la angustia y la incertidumbre crecían. Solo faltaba esperar su arribo durante la noche.

Porque la angustia que genera la incertidumbre, en cualquier terreno, provoca siempre una pregunta: ¿estamos suficientemente preparados para lo que viene?

La respuesta es desconocida, ya que quizá la exigencia sea muy grande, pero quizá no suceda nada. Eso sí, al final del día, ambas opciones tendrán sus respectivas consecuencias y, además, dependerán del grado de preparación que hayan tenido otros que directamente nos afectan.

Escribo tras observar la impresionante fuerza de "Wilma" pasar frente a mi casa, un huracán que si bien nos engañó en su potencia (resultó ser categoría 3 y no 2), cumplió con su desplazamiento y su velocidad. No puedo evitar la comparación con un partido de futbol, en el que se conoce su duración, se conocen su características, pero se ignoran su contenido y sus efectos.

Cuando preparamos un encuentro de futbol, ya sea como directores técnicos o como jugadores, lo hacemos en función de dos factores: lo que suponemos nos exigirá el rival y la depuración de nuestras aptitudes. Llega una nueva semana de trabajo y lo primero que se hace es apuntar hacia el rival: de quien se trata, sus antecedentes, fortalezas y debilidades. Pero también, individualmente, las precauciones y la preparación varían de acuerdo al contendiente, y es decisión personal poner especial énfasis en algún aspecto que logre contrarrestar al oponente.

Exactamente lo mismo sucede ante la llegada de un huracán: el servicio meteorológico informa que se avecina, informa su potencia, su...

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