Reducen parcelas ...para casas vacías

AutorVíctor Osorio

El modelo de crecimiento urbano impulsado en las tres últimas décadas ha provocado que extensiones considerables de tierra dejen, innecesariamente, de utilizarse para actividades agropecuarias, y se dediquen a la especulación con tierras ejidales y la construcción de viviendas en zonas alejadas de los centros de trabajo, muchas de las cuales permanecen abandonadas, diagnostica la Sedatu en la Estrategia Nacional de Ordenamiento Territorial (ENOT) 2020-2040.

Publicada en el Diario Oficial de la Federación, la ENOT indica que la expropiación era el único mecanismo legal para incorporar tierras ejidales al desarrollo urbano hasta las reformas de 1992 a la Ley Agraria, que abrieron a los núcleos la posibilidad de incorporar sus tierras al mercado.

La reforma, señala, abrió también la puerta a la especulación con tierras ejidales por parte de intermediarios que utilizan de manera fraudulenta los procedimientos previstos en la legislación agraria para la urbanización.

"Dichos procedimientos son: el reconocimiento como avecindados a personas que nunca han residido en el ejido, la conformación de solares urbanos con dimensiones notoriamente mayores a las que requiere una familia en el medio rural, el cambio de destino de tierras de uso común para formar parcelas (que luego pasarán al pleno dominio de sus titulares) y el cambio de destino a tierras para el asentamiento humano; todos los anteriores, excediendo las necesidades reales de expansión de los núcleos agrarios", apunta.

Entre 2012 y 2019, detalla, la creación de solares alcanzó más de 90 mil hectáreas.

"La asunción del dominio pleno es el principal mecanismo para la urbanización de los ejidos. En la península de Yucatán, por ejemplo, las parcelas certificadas que cambiaron a dominio pleno entre 1993 y 2018 han sido utilizadas para el desarrollo de proyectos inmobiliarios o turísticos en los ejidos colindantes a las ciudades de Mérida, Campeche, Cancún, Playa del Carmen y Bacalar", explica.

Y de hecho, advierte, solamente se ha urbanizado 5.1 por ciento de toda la tierra que pasó a pleno dominio en las áreas suburbanas de la península de Yucatán.

Entre 1980 y 2010, señala, ciudades como San Luis Potosí y Cabo San Lucas multiplicaron su mancha urbana en 7.4 y 76.4 veces respectivamente, y reportaron densidades promedio muy bajas, de 55 y 48 habitantes por hectárea respectivamente.

"Esta forma de expansión urbana ha provocado altos costos al erario, ya que lejos de aprovechar la inversión...

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