Redención metalera

AutorJorge Santamaría

Las almas rockeras que buscaban redención tuvieron la oportunidad de librarse de sus demonios ante la presencia de Judas Priest.

El exorcismo se originó el viernes en el Palacio de los Deportes, una estructura que ya ha visitado anteriormente la alineación británica y que en esta ocasión congregó a 12 mil fieles metaleros de la nueva y vieja escuela, cifra de acuerdo con organizadores.

En la pista del lugar, muchos pensaron que ahí se resguardarían de la lluvia que azotaba las avenidas capitalinas, pero, en cambio, una tormenta de cerveza arremetió contra sus largas cabelleras y camisetas negras.

A nadie le importó la tromba chelera, pues Rob Halford, cantante, adelantó su arribo 15 minutos y comenzó el ritual a las 21:30.

No hubo mosh pits (baile salvaje), tampoco headbanging intenso y, mucho menos, círculos de destrucción masiva. La mayoría de fans se mantuvieron con los puños en alto, rockeando muy tranquilos e ingiriendo bebidas.

"Dragonaut", "Halls of Valhalla" y "March of the Damned" convencieron de la magistralidad instrumental del Judas Priest de los años 70 y 80. Y nadie se quejó al escuchar algo del nuevo material, Redeemer of Souls, pero no hubo un click inmediato entre fans y banda.

Tuvo que llegar "Turbo Lover" para sorprender al público, aunque la canción es amada por unos y odiada...

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