Recuerdos del barrio

MÉXICO, DF.- ES LA sensación entre sus nuevos vecinos, sobre todo de los pequeños.

Una vez que dejó atrás su vida en la Colonia Guerrero, a César Villaluz lo buscan para fotos, autógrafos y hasta para disputar una "cascarita" los infantes de su nuevo fraccionamiento cerca de La Noria, donde entrena Cruz Azul.

"La primera vez me dijeron que si no jugaba, que si no echaba la 'cascarita' con ellos, ya después, en la siguiente, vinieron aquí como ocho niños, tocaron y preguntaron si era César Villaluz", relata.

Hace unos días, en uno de los departamentos contiguos, un pequeño vecino esperó alrededor de seis horas para obtener la firma del jugador cementero y cobrar la apuesta de 30 pesos en la escuela.

"Creo que el niño de aquí al lado decía: 'yo vivo al lado de César Villaluz', y aquí se ponen a jugar, me asomo y son varios niños, ya después con más tiempo se hará la 'cascarita', tengo un duelo pendiente, a ver si no me ganan".

Desde su nuevo hogar valora la importancia de sus vivencias en el barrio que dejó atrás.

Su carrera como futbolista tiene su origen en las canchas vecinales de la Guerrero, en las calles donde a veces sin balón se organizaban los partidos, cuando la cuadra era el Estadio Azteca y él era Ramón Ramírez o Jesús "Cabrito" Arellano.

"Ahí empecé a jugar, la cancha estaba como a tres cuadras de mi casa, ahí salía, íbamos a jugar mi papá y yo, ahí se juntaban todos mis amigos, echábamos cascaritas, todo el día se te iba, daban las 11, las 12 (de la noche).

"Te ayuda mucho eso porque aunque es una...

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