Recuerda al ser humano

AutorDaniel Garibay

Durante 18 años, Roberto Larios fue el médico veterinario de los caballos de Vicente Fernández, con quien mantuvo una relación personal y profesional, gracias a que comparten el gusto por los animales, y eso los hizo acumular un sinfín de historias.

"Lo conocí por un problema que tenía un caballo que le vendieron, que sufría laminitis, una enfermedad que se inflaman las láminas sensitivas de los cascos, por alimentación, trabajo en exceso y falta de planeación de manejo. Fue en 1972, y yo era pasante de veterinario", platicó Roberto Larios. "Cuando salía de gira, él me hablaba para preguntarme cómo seguía su caballo".

Su afinidad por los equinos fue aumentando, tanto que compró una granja donde acondicionó un pequeño lienzo, para formar y entrenar a su propio equipo charro.

"Un día me pregunta '¿qué caballos necesito para montar y para disfrutar?', yo creo que él pensaba en ese momento hacer un espectáculo con caballos (...). Él tiene una granja antes de llegar a Chapala, ahí tiene los caballos, y después compró otra en San Pedro, Tlaquepaque, donde tiene un pequeño lienzo charro".

Gracias a ello, "El Charro de Huentitán" se fue relacionando con gente de charrería, que lo animó a formar su propio equipo, que nombró "Los Tres Potrillos", en honor a sus tres hijos, a quienes les inculcó esta actividad.

"Empezaron a montar desde chiquitos, pues se hereda el amor a los caballos, del padre a los hijos; comenzaron a agarrar la soga, con instructor, y tú ves que tienen algo natural. En mi opinión, Alejandro tiene más facultades para los caballos, que Vicente y Gerardo, porque se veía que hacía las cosas con más facilidad", aseguró Larios.

'ES UN GRAN SER HUMANO'

La calidad humana de Vicente Fernández lo ha convertido en una de las figuras más queridas por la gente, a lo que Larios asegura, es una de sus mejores cualidades.

"Es una persona con todas las virtudes y los defectos de los seres humanos; me daba mucho gusto ver a Vicente Fernández, como estamos tu y yo ahorita, tuve una...

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