Recrea danza la cotidianidad

AutorFrancisco Morales V.

El faquir del Metro, los policías de tránsito, las señoras que pasan sus días en las bancas de un parque, un muchacho punk y una pareja de indigentes habitan la pieza Atavíos urbanos. Personajes que pasaron de la calle a la imaginación dancística de la coreógrafa Lidya Romero.

"Tiene que ver con la participación de la ciudadanía en los sucesos públicos y cómo el acontecer cotidiano deja trazos, huellas, rastros, en los espacios públicos", explica Romero al respecto.

Del 5 al 8 de diciembre, la compañía de la artista, El Cuerpo Mutable / teatro de movimiento, observa desde una mirada antropológica a algunos de los habitantes de la Ciudad.

Se trata de una relación de ida y vuelta: Romero toma a los personajes de la urbe, los traduce e interpreta a través de la danza y después los regresa a los espacios públicos.

Como en otras creaciones, por ejemplo, Escaparates o Arqueología Posmoderna: Trilogía, Romero ocupa tanto los recintos teatrales como sus inmediaciones para presentar la coreografía.

De esta forma, el espectáculo comienza afuera, en la explanada del Teatro de la Danza del Centro Cultural del Bosque, y va conduciendo a los espectadores hacia el foro.

"Es muy importante para nosotros que la experiencia del espectador se tenga en el propio cuerpo, que no solamente sea una cuestión de observar el fenómeno escénico, sino que, movilizándose y teniendo que cambiar de perspectiva, el cuerpo propio del espectador se activa", dice Romero.

La pieza es una reimaginación completa de una versión previa situada en la Biblioteca Vasconcelos y fue creada por su autora a partir de la observación cotidiana del Parque de la Amistad México-Japón.

La tradición de este entorno impregna la pieza.

"Tiene...

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