Recorren un camino de devoción

Texto y Fotos: sergio castro

Una larga y pesada subida hacia el Cerro de la Santa Cruz es el comienzo de la penitencia que tienen que pagar feligreses mazahuas y otomíes para venerar al Señor del Cerrito, en el municipio de Jiquipilco.

Cada 3 de mayo, cientos de fieles realizan esta peregrinación por un camino de cemento y terracería, a paso lento, haciendo pausa en cada una de las cuatro cruces ubicadas a lo largo del trayecto, donde los rezos constituyen un respiro no sólo espiritual.

Al llegar a la cima, los asistentes olvidan el cansancio y en su cara se refleja la alegría de estar, una vez más, junto al Señor del Cerrito. Se acercan a la imagen y piden al Señor que les brinde agua buena para sus cosechas.

La iglesia parece insignificante para la cantidad de feligreses que se acumulan en el atrio y quieren estar cerca de la imagen del Señor del Cerrito. Dentro del templo sólo tiene unos instantes para para hacer sus peticiones y dejar en prenda una veladora o un ramo de flores.

Mientras...

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