Recopilan las anécdotas de una casa de 'gente bien'

AutorAntonio Bertrán

Dentro de sus paredes de Talavera, José Luis Cuevas conoció a Juan Soriano, María Félix comió con varios de sus novios, Andrés Henestrosa "despachó" todas las mañanas durante más de 50 años, Octavio Paz presentó Los privilegios de la vista y, gracias a la inventiva de la mayora Teresa Montaño, se sirvieron por primera ocasión las enchiladas suizas.

En la Casa de los Azulejos hubo una época, no muy remota, en que la mejor sociedad se reunía en tertulias que daban ocasión a la repartición de curules, la decisión de estrategias financieras y hasta la designación de candidatos para algún cargo eclesiástico. Eran los años 50 y los parroquianos se preguntaban: "¿cuándo saldrá de aquí un Presidente de la República?"

El solar ubicado en el número 4 de Francisco I. Madero -antes Plateros-, que en 1919 se abrió al público como farmacia, fuente de sodas y tienda de regalos por iniciativa de los hermanos Walter y Frank Sanborn, hoy es un edificio emblemático cuya existencia está ligada, como ningún otro, a la historia de la capital.

El palacio virreinal ha sido escenario, incluso, de obras de ficción. Carlos Fuentes afirma en La región más transparente (1958): "Eran los días en que toda la gente bien de México se reunía a tomar té y merendar en la vieja Casa de los Azulejos".

Las anécdotas relacionadas con la antigua residencia de los Condes del Valle de Orizaba son numerosas y han sido rescatadas del olvido en La Casa de los Azulejos, libro editado por Carla Zarebska con prólogo del historiador Guillermo Tovar de Teresa y más de 700 fotografías de época provenientes de diversos archivos.

En el volumen que ayer fue presentado por José Iturriaga, uno de sus habituales más añejos en el Sanborn's de Madero, se recoge el testimonio de una mesera de los años 50, Josefina Gómez: "Un señor apostó que si perdía el Ratón Macías se quitaba los pantalones y desfilaba en calzones por las mesas del patio... y así lo hizo".

El motivo de esta edición financiada por el Grupo Carso de Carlos Slim, que desde 1985 es el accionista mayoritario de la cadena de tiendas, es fijar la historia del inmueble durante el Siglo 20.

"Hay un libro sobre el edificio publicado en 1986, pero se limita a la historia de los Condes del Valle de Orizaba", explica Zarebska, "y si bien se trata de un palacio virreinal, su aportación al Siglo 20 es fundamental y eso es lo que hemos querido documentar con este libro".

Más de un año tomó la investigación y reunión del material. En este trabajo...

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