Reconocer y comprender el malestar económico

Necesitamos una economía abierta al mundo, sí, pero que recompense el trabajo, aproveche el talento y busque la equidad socialPor Carlos Heredia Zubieta

(Profesor asociado en el CIDE)

EL UNIVERSALTanto en Estados Unidos como en México hay un extendido malestar de quienes han salido perdiendo con los cambios económicos de las últimas décadas.

El malestar en la globalización, le llama Joseph Stiglitz, premio Nobel de economía en 2001.

Las compañías globales y las instituciones financieras internacionales están redactando la Constitución para el mercado mundial, sin que los afectados por sus decisiones tengan voz.

Los TLC de años recientes consagran un conjunto de reglas diseñadas al gusto de las grandes corporaciones. Otorgan protecciones especiales a los inversionistas extranjeros; prolongan patentes de medicamentos por plazos extremadamente largos y limitan el acceso de los consumidores a los genéricos; impulsan la privatización de la educación, la salud y los servicios públicos en beneficio de quienes los ven como meras mercancías para hacer negocios.

El verdadero dilema en el comercio mundial no es apertura económica contra proteccionismo. El problema de fondo es político: lograr que la economía sirva a la mayoría de la población.

No basta con desacreditar a los descontentos, etiquetándolos de ignorantes sin educación. Los trabajadores se guían por los hechos, no por las promesas de los políticos. Lo saben los migrantes mexicanos, que envían 25 mil millones de dólares por año a sus comunidades de origen, mientras el dinero de la corrupción y la impunidad en México compra lujosas mansiones en Estados Unidos.

El gobierno de México ha expresado su preocupación por la hostilidad en Estados Unidos contra los tratados comerciales. Mucho ayudará entender el porqué del enojo allá y tomarle el pulso al estado de ánimo de la sociedad mexicana acá. Lo que no podemos hacer es simplemente atenernos a lo que Washington haga o deje de hacer.

Es absurdo que un billonario como Donald Trump ?que se rehúsa a hacer públicas sus declaraciones de impuestos? pueda representar los intereses de los trabajadores. Sin embargo, millones de sus potenciales votantes tienen un punto: la economía premia al capital y castiga al trabajo.

No se trata de desandar el camino de la integración regional. Nuestra economía está entrelazada con la de Estados Unidos, y hemos pasado de la liberalización comercial a la producción compartida. La imposición de tarifas afecta a ambos...

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