Tiene reclusorio su 'Kosovo'

AutorLeticia Fernández

En "Kosovo" la penumbra es casi eterna y los malos olores insoportables.

El dormitorio subterráneo de la Penitenciaría de Santa Martha Acatitla es la casa de los reclusos castigados o de alta peligrosidad, que ahí permanecen por meses o años enteros.

Desde 1991, sus 42 celdas son utilizadas como zona de segregación o de "protección extrema", según lo definen las autoridades penitenciarias.

Y aunque los funcionarios aseguran que continuamente remodelan la zona, quienes han estado ahí lo describen como un lugar sórdido, con olor a humedad y comida podrida, con sanitarios inservibles y hoyos que utilizan como excusados.

Cuentan que los reclusos asemejaron sus precarias condiciones a lo que vivían los albaneses en los años 90.

Por televisión vislumbraron que tras la guerra entre Yugoslavia y las fuerzas de la OTAN, los habitantes se refugiaban bajo la tierra para no ser presa de los proyectiles.

El "Kosovo" de la Penitenciaría, ubicado bajo las oficinas administrativas del penal, fue refugio para internos como José Luis Canchola Sánchez o Alejandro Acevedo Ventura, "El Guerrero", secuestradores que lograron fugarse de los penales capitalinos.

La falta de agua salubre, drenaje, luz y alimentos es la vida cotidiana a la que tienen que adaptarse los reos peligrosos.

Hace unos años también convivían con la fauna nociva, roedores y cucarachas que, a decir de las autoridades, ya quedó erradicada.

Alejados del resto de la población carcelaria, la luz del sol es apenas perceptible, la reciben por una ventanilla de unos 30 centímetros de ancho que utilizan para colocar alambres que sirven como antenas de televisión.

La atmósfera está viciada, no hay camas, muchos no reciben visita familiar y otros tantos viven en un clima donde reina la violencia.

La seguridad en la zona es extrema. Custodios narran que cualquier descuido puede...

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