Reciben argentinos el año en medio de incertidumbre

AutorCarlos Arias

REFORMA / Especial

BUENOS AIRES.- El año 2002 llegó a Argentina en medio de una de las peores crisis políticas de que se tenga memoria en este país. A pesar de que la historia política de la nación sudamericana ha sido plena de asonadas, renuncias presidenciales y golpes de Estado, los analistas locales coinciden en señalar que la actual crisis supera a las anteriores y parece más grave en cuanto afecta al conjunto de las instituciones del Estado.

Los analistas subrayan que mientras en el pasado se necesitaba una asonada militar para derrocar a un Gobierno, con tanques en las calles hasta por diez días, como ocurrió con el golpe militar de 1976, en la actualidad basta una jornada de protestas nocturna para que al día siguiente el Presidente presente su renuncia. Esto, que es resultado de la debilidad extrema de las instituciones políticas argentinas, ocurrió el pasado 21 de diciembre con Fernando de la Rúa y se repitió con el interino Adolfo Rodríguez Saá una semana después, la noche del domingo 30.

En esas circunstancias, el año nuevo llegó a una Argentina con un Presidente interino a la espera de del nombramiento de Eduardo Duhalde.

Mientras, en las calles, la población comparte su descontento con expresiones callejeras que todavía no llegan a convertirse en las manifestaciones espontáneas que derivaron en los llamados "cacerolazos" y que ya tumbaron dos Gobiernos. El lunes, los bancos permanecieron abiertos desde las 10:00 hasta las 20:00 horas locales, en cumplimiento de la última gestión de Gobierno del saliente Rodríguez Saá, quien buscó aplacar el descontento popular ocasionado por la severas medidas de restricción a los retiros bancarios permitiendo que los usuarios se formasen ante las ventanillas el último día del año. Las colas de los bancos se han convertido, empero, en el sitio de reunión de los más inconformes.

De hecho, la actual crisis política hizo explosión debido a las medidas de restricción a los retiros en los bancos, decretada la primera semana de diciembre por el entonces Presidente Fernando de la Rúa y su Ministro de Economía, Domingo Cavallo. Como un mecanismo desesperado para evitar la fuga de divisas (lo que se llamó la "corrida bancaria"), que dejaría al país sin reservas monetarias, Cavallo utilizó los plenos poderes que le otorgó el Congreso para limitar los...

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