Recibe subsidio y pide para otros

AutorDaniela Rea

Eran los últimos minutos del siglo 20. Ana Laura Gómez, en trabajo de parto, sólo alcanzaba a ver cámaras fotográficas, de video y a escuchar las voces de doctores y enfermeras que le decían: "Apúrese, apúrese, échele ganas, puje más fuerte. A lo mejor su niña nace a las meras 12, y le dan un premio". Ana Laura, de entonces 19 años, rodeada de otras mujeres a punto de dar a luz en la Clínica 4 del IMSS, pujó y tuvo a la "Niña del Milenio".

Ahora, su hija Janeth Paola Maldonado Gómez acaba de cumplir 9 años. Estudia el tercer grado en la primaria pública "Aurelio Hidalgo", saca puros nueves y dieces y recibe un apoyo económico mensual de poco más de mil 500 pesos.

Ese fue su premio. El Instituto Mexicano del Seguro Social creó en julio del 2000 el Fideicomiso Irrevocable de Administración e Inversión "Niña del Milenio" para garantizar la alimentación, el vestido y el estudio de Paola hasta que cumpla 25 años, siempre y cuando se mantenga en la escuela.

"Yo no estaba pensando en tener a la 'Niña del Milenio'. Yo quería dar a luz, ver a mi bebé. Nosotros nunca pedimos un apoyo a nadie; llegaron los del Seguro Social y nos lo dieron. Ojalá no hubiera sido sólo para nosotros. Los otros niños no tienen la oportunidad de que se les apoye porque no tuvieron la suerte de nacer con el milenio", dice la madre.

Sentada junto a ella, en una casa de dos pisos en obra negra desde hace 12 años y que pertenece al abuelo, Paola acepta con resignación hablar sobre la suerte de nacer en el primer segundo del tercer milenio.

Pero advierte: no le gusta que le digan "Niña del Milenio" o le pregunten sobre el tema, simplemente, "porque no". Con su mirada es suficiente para no insistir en los motivos.

-¿Qué piensas del apoyo que te da el Gobierno por haber nacido con el nuevo siglo?- se le pregunta.

-"Pienso que sería bueno extender un apoyo a los niños pobres que lo necesitan. Debería ser para todos los niños", responde.

-¿A ti te hace falta?

-"No", responde, y los papás reaccionan con una carcajada irónica.

Mil 500 pesos es una tercera parte de lo que gana su padre, Norberto Antonio Maldonado, como distribuidor en una papelera. Es también la diferencia que hace que Ana Laura, la madre, no trabaje y pueda dedicarse a Paola y Brenda, de 9 y 11 años.

Paola creció en una casa arrinconada en las barrancas de la Delegación Magdalena Contreras. Los carros rugen del esfuerzo para llegar hasta allá. La vivienda es de cuatro recámaras donde conviven los abuelos paternos...

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