Rechiflan en Salzburgo a las nuevas propuestas

AutorMaría Eugenia Sevilla

REFORMA/ Enviada

Salzburgo.- Con un obsceno cruce y doblez de brazo disfrazado de ademán distraído, respondió el barítono Thomas Hampson al abucheo de un miembro del público, al terminar el estreno de Don Giovanni en el Festival de Salzburgo 2003, donde el mismo tratamiento recetó la audiencia, esta vez a coro, a la versión del director escénico noruego Stefan Herheim sobre Die entführung aus dem serail (El rapto en el serrallo).

Así, aguerrida y poco complaciente es la concurrencia -antípoda del público mexicano siempre ávido de desparramar aplausos- del festival musical más importante del mundo, que culminó después de cinco semanas en que presentó 188 producciones de ópera, teatro, conciertos y danza, con una venta récord, superior a los 23 millones de euros (cerca de 26 millones de dólares) por 220 mil boletos, frente a los 22.4 millones de euros recaudados en 2001. H.

La apuesta por los talentos jóvenes dispuestos a desafiar o a mofarse deliberadamente del público mayoritariamente conservador que asiste cada verano a Salzburgo -ciudad austriaca cuya administración pertenece al Partido Liberal de ultraderecha comandado por Joerg Heider-, forma parte de la dirección artística del compositor alemán Peter Ruzicka, quien desde el año pasado estructura el festival fundado en 1920 por Richard Strauss, Max Reinhardt y Hugo von Hofmannsthal, en lugar del belga Gerard Mortier, a su vez sustituto de Herbert von Karajan.

Poco arredró al debutante Herheim, de 33 años de edad, el repudio al montaje que Hans Neuenfels hizo de Die Fliedermaus (El murciélago) que hace dos años despidiera la programación de Mortier entre insultos y asientos abandonados por el público furioso ante una puesta prolija en agregados ajenos al texto original, improvisaciones e incluso la inserción de música tecno que, de acuerdo con las crónicas, dejaron a Johan Strauss (1825-1899) poco menos que en segundo plano.

Con una fórmula similar, en la que los parlamentos inventados se mezclan con alteraciones a los personajes como el pacha Selim, reemplazado por una mujer travestida de hombre, Herheim logró la mis en scène más vapuleada del encuentro, programada sin embargo 11 funciones, cuyo estreno fue vigorosamente ululado por la engalanada audiencia que asistió al Kleines Festspielhaus -donde se encontraba el Príncipe Carlos de Gales acompañado por Camilla Parker Bowles.

"Era una pizza", califica el tenor Ramón Vargas, quien como el resto de la audiencia ovacionó, en contraste...

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