Rebanadas / Vive Sicilia en la Roma
| Autor | Cony Delantal |
BALLARÒ
La hija de una de mis amigas más queridas celebrará pronto el bautizo de su primer bebé, así que mi amiga me pidió que le ayudara a buscar un ropón digno del tamaño de la celebración que hará.
Fuimos primero a Altavista, y a pocos pasos de San Ángel Inn encontramos unos zapatitos divinos, pero el ropón fuimos a encontrarlo a El Palacio de Hierro Durango, en la Roma. Nos decidimos por uno en tejido de punto con detalles de pedrería, perfecto para el fiestón que están organizando.
Tras la búsqueda decidimos ir a comer a Ballarò que por fortuna estaba tranquilo y pudimos entrar sin esperar.
Al cruzar la puerta recorrimos primero la "Biblioteca del Pan", la cual ya había visitado y forma parte del concepto de este restaurante, en el que no había tenido el gusto de comer. Les platico, en la planta baja tienen una rica panadería boutique, por así llamarla, en donde cuentan con una amplia selección de panes, de diferentes partes del mundo. Como no pude resistir, compré pan salado para llevar a casa.
Todo este sitio, me refiero a la panadería y al restaurante, está instalado en una casa de estilo Porfiriano que después de remodelarla les ha quedado preciosa, con techos muy altos y grandes ventanales; luce amplio y muy bonito, con unos pisos en madera que destacan.
Se nota que no escatimaron en pulir los detalles para volver a darle una gran vista a este inmueble, donde los tonos blancos contrastan con mesas pequeñas, que combinan con sillones y sillas.
Tanto en la panadería como en el restaurante resalta a la vista de los comensales toda la cocina, la panadería en la planta baja y el restaurante en el primer piso.
Como moríamos de hambre, en cuanto llegó la carta pedimos de entrada unos Buñuelos de bacalao, que venían con alioli de alcaparras (160 pesos). El sabor de las alcaparras destacaba en este platillo, que consiste en tres porciones de lo que ellos llaman buñuelos, pero que más bien yo les vi cara de tortitas de papa, como las que hacía mí abuelita. La presentación no es deslumbrante, pero el sabor vale la pena.
Yo tenía muchas ganas de Espagueti a la carbonara antes de llegar al plato principal, así que casi le rogué a mi amiga para que compartiera uno conmigo. Nos sirvieron media orden a cada una (160 pesos). La porción fue muy pequeñita. El plato cumple, como los más puristas de la cocina italiana, su carbonara es a base de huevo y ésta no fue distinta. El alma del perejil estaba presente junto con los tonos de la pimienta, tocino...
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