Rebanadas / Tráfico y vigilia

AutorCony De Lantal

Fonda del Claustro

A unas cuantas cuadras de la glorieta de San Jerónimo, es decir a sólo unos pasos del caos vial que ha provocado la obra del segundo piso, se encuentra la Fonda del Claustro. Ahí me citó una gran amiga que quería comer, es claro que hay que tener muchas ganas de ver a alguien para pasar por ahí, más allá de lo problemática que ha resultado esta obra, los policías le echan todas las ganas para hacer de esa glorieta todo un desastre haciendo lo posible por hacer las cosas más ilógicas y a eso súmale la desincronización de semáforos, total un desastre...

Pero bueno para qué ahondar en un tema que cualquiera resolvería menos los policías. Al fin llegas al Claustro y sucede eso precisamente te enclaustras y te olvidas del tráfico, al menos entre semana reina la paz y la tranquilidad. Desde que entré me dio la impresión de que le habían dado una manita de gato, al menos todo lucía reluciente como recién barnizado, tanto el mobiliario como toda esa ambientación que da su decoración en madera.

Como recibimiento no podía faltar desde luego la típica botanita que siempre ponen, el rico guacamole con chicharrón y queso fresco, sólo para ir viendo la carta y su extensa variedad de ricos platillos deliciosamente descritos.

Mi amiga no pudo evitar pedir la ensalada de camarones de $71, mientras que yo no perdoné y ordené la crema de chile poblano que es toda una delicia de la cocina de la ciudad de los ángeles de $40.

Un grato comienzo, fueron los crustáceos de la ensalada, muy frescos y ni hablar del rico sabor de la sopa, aunado a un buen servicio hizo que nos la pasáramos muy bien.

Claro que faltaba lo mejor y me refiero a los platos fuertes, la verdad es que desde que ves la carta no puedes resistir a algunos de ellos y eso me pasó con los medallones de res a los tres moles de $122, mole negro, amarillo y verde, y así disfruté de su cocina poblana, acompañado de arroz rojo.

Mientras tanto ella, de las sugerencias, pidió un salmón a la parrilla de $140. No cabe duda que por eso ella se mantiene en línea, pues aguantó las tentaciones de la carta.

Hay que decir que el servicio fue cauto y muy amable, tanto como la copa de vino tinto del Valle de Guadalupe de $35.

Ya para finalizar no perdonamos el postre, un dulce de mamey para ella y uno de mango para mí. Ahí sí no puedo comentarles mucho, en la Fonda del Claustro nunca se han caracterizado por la excelsitud de sus postres, para mí que era helado derretido con un poco de la lechera...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR