Rebanadas / Todos bien enchilados

AutorCony Delantal

Rara vez me falla el ojo con los restaurantes pero el otro día cometí un error de cálculo.

La cosa es que estábamos en Santa Fe mi hermana y yo para ver al promotor internacional de unos productos de venta por catálogo que mi hermana quiere empezar a vender.

Me pidió que la acompañara porque el señor no hablaba español, pero yo me defiendo con el inglés. Total que como el promotor se estaba quedando en el Hotel Presidente InterContinental se me hizo fácil sugerir uno de los restaurantes de ahí.

El único que no conocía era uno que se llama King Fish Sea Food Grill & Steaks que por alguna razón su logo me recordó al de Puntarena. Así que sugerí ese.

El salón principal recurre a los típicos acentos decorativos que le recuerdan a una la vida en los muelles. Ya saben, un estereotipo.

Salimos a su área de terraza que no es abierta pero se las ingenia para tener un aire agradable.

Fue justo cuando me senté a la mesa y vi que en el toldo decía "Grupo Canarios", que empecé a desconfiar. Perdón, pero nunca he salido de sus restaurantes con el mejor sabor de boca.

Empecé a poner atención y descubrí que el restaurante era algo mucho más informal y sencillo; algo más tipo La Pescadería.

Los problemas empezaron cuando el dichoso promotor pidió la tostada marinera ($50) con pulpo y camarón en pico de gallo. Llegó con base de mayonesa y el pulpo y camarón finamente picados. El pico de gallo era más bien discretito.

Mi hermana y yo compartimos el ceviche King Fish de atún ($145) en jugo de limón -y según el menú- con alcaparras, aceitunas negras y arúgula fresca. El sabor no estaba mal aunque no vi nunca alcaparras ni aceitunas negras, sólo verdes.

De pronto me di cuenta que el promotor había enmudecido. En cuanto volteamos a verlo vimos que estaba más rojo que nada. De inmediato le pedimos agua para salvarlo de su enchilada macabra pero aún así le tomó un buen rato dejar atrás el mal momento que le hizo pasar el chile verde.

Para los segundos tiempos se la llevó con más cuidadito y ordenó el arroz caldoso estilo portugués con mariscos ($179). Llevaba pescado, pulpo, almeja y azafrán. Pero el hombre estaba ciscado y obviamente lo revisó con lupa. Después de todo, al parecer le gustó bastante.

Mi hermana creo que de la pena hasta se le espantó el hambre porque me dijo que si no compartíamos también el plato fuerte. Y yo, casi como para demostrarle a nuestro invitado que nosotras sí sabemos comer picante, ordené los camarones a los 10 chiles, con aceite de...

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