Rebanadas / Tardes de lluvia en la Ciudad
| Autor | Cony De Lantal |
Con la sorpresa que nos dejaron vestidas y alborotadas, cuando decidimos ir al restaurante de cocina cubana Fresa y Chocolate en la Condesa.
Quedé de verme con una amiga en dicho lugar pero oh! sorpresa, una vez que por fin superé el tráfico que estaba del nabo, me encontré con ella pero en la banqueta, pues el lugar estaba cerrado sin mayor aviso o explicación. De tal forma que improvisamos ir al Specia en la misma calle de Amsterdam pero en el número 241.
Después de lo incómodo que es bajarse ahí del coche, gracias a la lentitud del valet parking que te hace estorbar todo el tránsito y recibir algunos recordatorios familiares de los automovilistas obviamente puros hombres que iban detrás de nosotras, logramos llegar al lugar.
Inmediatamente al entrar, lo primero que vi fue a Humberto Zurita, y que se me olvida todo el desastre que fue llegar hasta ahí, que grata bienvenida.
En cuanto te sientas a la mesa te sirven lo que ellos llaman una "crepa de papa y arenque", cortesía de la casa. Ésta no es más que una tortilla de maíz extendida, recién hecha sobre la que ponen un puré de papa con arenque. El sabor es fuerte por el arenque por supuesto, generando un sabor original por la combinación de ingredientes.
Mientras revisábamos la carta, trajeron a la mesa una canasta con rebanadas de pan: chapata, bolillo, entre otros, que cabe decir estaba seco y hasta un poco duro; era evidente que había sido cortado por la mañana. Hicimos la observación al mesero y enseguida nos cambió la canasta, por uno recién cortado.
Para entonces ya habíamos viboreado la carta que es 80 por ciento de cocina polaca y el restante mediterránea.
De entrada pedimos para compartir un Gryzby de $118, combinación de zetas secas y champiñones bañados en una salsa, cuya identidad no nos quisieron revelar y que de hecho estaba salada.
Entre que mi amiga se encargaba de encontrarle parecido a los comensales del lugar con políticos y artistas, creo que le afectó demasiado ver a Zurita, por fin se decidió a ordenar una Owokowa de $85. Su decisión por esta sopa de ciruela fría, según me dijo, fue para compararla con las sopas frías de diferentes frutos que hace su mamá. Como era de esperarse, aseguró que la Owokowa no superaba a la sopa fría de fresas que tantas veces comió en casa de sus padres.
Yo en cambio pedí una Cebada Perla de $85. Para mí, esta sopa fue lo mejor de la tarde, ya que la preparan con crema agria y le agregan unos trozos de ternera que le dan un sabor...
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