Rebanadas / Tal como lo recordaba

AutorCony Delantal

Cuando un platillo nos complace, sus sabores y aromas se quedan en nuestra memoria. Acudimos a ese tímido recuerdo para volver a sentir un poquito de la dicha que nos produjo en el momento.

Yo recordaba el exquisito sabor de unas brochetas de pollo bañadas en salsa de cacahuate. Este extraordinario pollo, doradito y aderezado con especias, se sirve en Kiin Thai-Viet Eatery como entrada.

A este restaurante, en la calle de Orizaba y que corre a cargo de Sosmri Raksamran, acudí para deleitarme con la cocina de Tailandia y Vietnam.

El lugar, chiquitito, quedó aún más reducido por las medidas sanitarias; pero si se reserva con tiempo, hay grandes posibilidades de agendar el encuentro gastronómico.

En cuanto nos sentamos, me apresuré a ordenar la entrada que me hizo volver. Me refiero a las brochetas satay ($140), que moría por probar nuevamente. Con un toque ligeramente ahumado llegaron a la mesa, preparadas a la parrilla, con lemongrass, cúrcuma y salsa de cacahuate. Finas rebanadas de pepino y cebollita acompañan este manjar. Tal como lo recordaba, un primer tiempo totalmente delicioso.

Como principal, mi marido optó por uno de los platillos más famosos y tradicionales de la cocina tailandesa: pad thai de mariscos ($280). Lleva fideos de arroz salteados con huevo, brotes de soya, cebollín, cacahuates y camarones.

Cada bocado le pareció excelso, pues la fusión de texturas y sabores es una auténtica fiesta para el paladar. Un toque final y extraordinario le dieron el cacahuate en polvo y el chilito, dispuestos en la mesa para servirse al gusto.

A mi querido le costó trabajo decidir su plato fuerte, pero yo sabía bien lo que quería: po tak ($250), una gran sopa caliente. Con albahaca, lemongrass, galanga, hongos, jitomates cherry, pulpo y camarón, la chef prepara este caldo picante que no tiene pierde.

Las hierbas le dan un toque inigualable y la mezcla de sabores conquista de inmediato al paladar. Si acuden al restaurante y no saben qué probar, anímense por este imperdible.

Mi marido se consintió con un khua kling nua ($220). Carne de res picada y salteada con curry amarillo, lima kaffir, chile tailandés y ejotes, hacen de éste un platillo de lo mejor.

Les recomiendo mucho pedir al centro, pues las porciones son generosas y así pueden probar más de una opción. Dejen espacio para su coctelería, que sorprende gratamente con exóticos y frescos ingredientes.

Yo probé el pho on the rocks ($170), que lleva ginebra, limón, cilantro, canela y anís. No...

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