Rebanadas / Regresos: triunfal y otro insípido

AutorCony De Lantal

Acabo de regresar a dos lugares que tenía mucho de no ir. El primero es Café Barra Café, ubicado en Rubén Darío, Providencia.

No sé si era la hora o el día, pero el caso es que encontré un lugar muy diferente al que solía ser hace por lo menos un año.

Hoy, repito, tal vez por tantos puentes que ha habido, rápido nos colocamos en una de las mesas del área de terraza y a pesar de que sobraban los meseros, tardaron en atendernos. Una vez que se acercaron, pedimos nuestros jugos y bebidas al tiempo que nos colocaron una canasta con panecillos, esos sí, deliciosos. Tenían un scone de vainilla con chocolate de muy buen tamaño, escarchado con azúcar, muy rico. También había panqué de plátano, delicioso, y una galleta integral con avena también muy buena.

La carta es muy extensa y hay que reconocerle algunos aciertos como su carne machaca y algunas especialidades únicas. Ejemplo de ello es el omelette de salmón con queso crema. Estaba muy bueno. Mi amiga pidió obviamente la machaca y se la comió con alegría.

Sin embargo nuestro desayuno estuvo un poco desangelado por el hecho de que los meseros andaban en la luna. Muy distraídos y poco atentos a las necesidades de los comensales. Para que se den una idea, nuestro desayuno tardó en llegar más de media hora e incluso vimos cómo servían a una mesa que había llegado después que nosotros.

Adicional a esto, me da la impresión que no están manejando los desechos adecuadamente porque noté que había varias moscas rondando por todas partes.

Ya para rematar, no sé si fue la cajera o el mismo mesero, pero nuestro cambio nunca llegó después de liquidar la cuenta. Tal vez pensaron que era la propina, pero se la adjudicaron solitos.

En fin, el restaurante por sí mismo sigue siendo una buena opción porque es rico lo que sirven, pero creo que quienes dirigen sus destinos deberán poner más atención en esos detalles que le van restando poco a poco. De entrada, un jalón de orejas a los meseros que andan en todo menos en lo que deben.

Otro regreso, diría yo triunfal, fue el que tuve en el Cafeto, también de Montevideo en...

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