Rebanadas / A reforzar sistemas

AutorCony DeLantal

Al sistema inmunológico y también al económico me refiero. Urge regresar a esa antigua vida donde el ajetreo nos balanceaba la dieta y las finanzas. Ni el País ni mis botones aguantan más tiempo cerrados. Este daño nos puede durar a los mexicanos más que Chabelo.

Sé que muchos siguen sin quererse asomar ni a la ventana, pero yo creo que lo mejor es salir a que te dé el sol, y de pasada comer sano para agarrar anticuerpos y enfrentar lo que venga; sin miedo al éxito, papi.

Esto se puede lograr en la terraza de Casa Macro, donde guisan con vitaminas naturales y te rocían de resolana anticovid, en el marco de una bonita estampa que sí funciona como "detente".

Casa Macro ha estado por años en la calle Orinoco de la Del Valle, ofreciendo veganismo y naturaleza medicinal a los fervorosos creyentes y a uno que otro despistado que no sabía que le iban a dar tofu por liebre.

Y si antes no pelabas a la flora por darle vuelo al tocino y a la hilacha, ahora más vale andarse por las ramas que es donde existe menos propensión al mal del puerco y toda esa clase de males indistintos que en el IMSS siempre terminan diagnosticados como Covid.

Esta vez llegué solita a desayunar a ese atractivo jardín botánico de papayas, sábila y tomatillos que tienen en el traspatio, donde prenden un enorme ventilador con turbina para disipar el intenso calor de estos días y las pésimas vibras de todo el año.

Me fui con vestimenta fitness y actitud macrobiótica para estar a tono, cargando mi Pomeranio porque los restaurantes y la vida misma se están volviendo pet friendly y friend unfriendly.

Ser antisocial es lo de moda. Antes dabas lástima si estabas como hongo en una mesa de restaurante. Trágame tierra si se tardaban tus comadres. "Pobre, la dejaron plantada", murmuraban a tu alrededor. Hoy te ven con admiración y respeto y hasta te comparten con el hashtag "mujer socialmente responsable".

El menú de Casa Macro trata de emular la vida normal -la vida loca, diría Ricky Martin- sustituyendo los ardientes deleites de la acidez carnal por un veganismo redentor que te provoca enorme paz interior en el intestino.

En el plato nada es lo que parece, como sucede a menudo en nuestra política. La presentación luce igual de matona, pero las migas son con tofu, las tortas con tempeh, el sándwich con vegatún de garbanzo y los tacos mañaneros con chorizo de avena.

Obvio, tienes que cambiar el switch para disfrutar de esta cocina. Todo...

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