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Rebanadas / Oh la lá, madame chinicuil

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Vincent
AutorCony Delantal

Pasando por la calle de Guadalupe vi que había un lugar que ofrecía comida prehispánica, con mixiotes, escamoles y algunas otras delicias que desde muy pequeña mis padres me enseñaron a comer y que, para algunos, pueden no resultar muy agradables.

Los Amores de Frida es el lugar en cuestión que, dicho sea de paso, se mezcla con otro radicalmente opuesto, un francés de nombre El Fondue y un tercer local, Prehispánicos. Con tres cartas a la mesa, música vernácula de fondo y esculturas en piedra -réplicas de arte prehispánico- leíamos platos franceses, pero como mi objetivo era probar la comida mexicana, nos enfocamos en lo de Prehispánicos.

Una carta muy bien dotada de varios exponentes de algunas regiones del País, nos sorprendió a todos en la familia. Huauzontles de Xochimilco, mixiote de Mixquic, ahuautle o hueva de mosco de Texcoco, acociles de Morelos, chinicuiles de Hidalgo (yo los comía en Apan) y muchas otras "rarezas" se dibujan en el menú de este restaurante.

Tienen hasta alacrán y escorpión en tacos, con tres animalitos cada taco. Definitivamente mis respetos para el chef Orozco, quien diseñó el menú y, por supuesto, a los valientes que lo comen. Estuve a punto de pedir un taquito de alacrán, pero le tuve miedo a las alergias por aquello del veneno. Ya me daré valor para hacerlo.

El mesero nos animaba a probar algo menos "extremo" y nos sugería los escarabajos; declinamos. A cambio de ellos pedimos al centro una entrada de chapulines, de 225 pesos, preparados con cebolla muy finamente picada y un poco de cilantro en una porción no muy abundante.

También al centro ordenamos unos sopecitos de escamoles (hueva de hormiga), de 145 pesos, venían mezclados con abundante cebolla y cilantro, nada crujientes y con sabor predominantemente a cebolla. No estaban mal, pero he comido mejores escamoles en otros restaurantes de la Ciudad.

Luego, unas enchiladas de mole, de 119 pesos, para mi marido. Para los niños unos tacos de cecina y carne asada, de 149 y 119 pesos, respectivamente. Yo me incliné por una cecina de Yecapixtla, de 195 pesos.

El mole, vistoso y abundante, le gustó a mi marido pero sin mayor calificativo. A los niños no les pareció...

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