Rebanadas / Merece otra visita

AutorCony Delantal

Equivocadamente a últimas fechas he querido probar hamburguesas porque además de que me gustan, en la Ciudad han proliferado varios negocios que las ofrecen en sus menús.

Me habían anticipado que el Great American Steak House había llegado con todo.

Este restaurante es una franquicia americana que llegó a nuestra Ciudad de la mano de los propietarios de la marca Applebee's. Su carta se centra en la comida texana: costillas, brisket, cortes, hamburguesas y, por supuesto, los acompañamientos campestres como elotes dulces, macarrones con queso y muchos otros. Pero también tienen una bien provista carta de pescados y mariscos, así como aves y sándwiches.

Cuando llegamos el mesero nos recomendó los cortes, ya saben: Ground Sirloin, Top Sirloin, Rib Eye, T-Bone y New York, entre otros. Para los que quieren pescado, tienen un llamativo atún sellado con salsa de aguacate cítrica, de 230 pesos; camarones jumbo en salsa de mantequilla-ajo y limón con espárragos y arroz blanco, de 250 pesos.

En la parte de los Barbecue, la oferta es muy concreta, costillas de res, costillas de cerdo y brisket, con precios que van de los 250 a los 450 pesos, según el peso y el tipo de carne. Pero también tienen algunos especiales con langosta, como el plato combinado de filete de res (227 gramos) y langosta (286 gramos), de 775 pesos.

En los sándwiches está el de salmón parrillado con lechuga y jitomate, de 205 pesos; el de atún sellado, con alioli de piña y salsa Sriracha, y la hamburguesa de chile Hatch, que es una especie que se cultiva en Nuevo México y que tiene un sabor astringente como el del ajo o la cebolla, pero con un toque dulzón y ahumado especial que sólo se puede cultivar en esa región.

Para no perder la costumbre (mala), llegamos con hambre feroz, así que pedimos una entrada de dip de espinacas y camarón, de 130 pesos, que llegó con unos totopos muy ricos para cucharear un dip hecho a base de queso cheddar, crema, espinaca y camarones.

Estaba muy rico, pero digamos muy consistente, pesado, así que nuestra panza pronto se saturó. Los niños pidieron las infaltables costillas de cerdo, mi marido una sopa de tortilla por sugerencia del mesero y yo una hamburguesa Hickory Bacon, de 250 pesos.

Puedo decir que estaba buena pero no superó mi expectativa, tal vez alta, derivada de una recomendación del compadre. La carne era abundante y el tocino estaba buenísimo. Los niños disfrutaron las Baby Back Ribs, eran 700 gramos de costillas bien logradas.

Sin embargo...

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