Rebanadas / Jacinto y Paz me quedó a deber

AutorCony Delantal

Se me metió en la cabeza ir en el puente de noviembre a San Cristóbal de las Casas, así que para convencer a mi marido lo invité a cenar.

Dentro de la boyante oferta que hay en Avenida de la Paz, en San Ángel, se encuentra un nuevo lugar llamado Jacinto y Paz, que me venía perfecto para mi propósito.

El restaurante recibe su nombre de la cercana plaza y la avenida en la que ubica. Su chef Roberto Martínez pretende hacer una propuesta distinta e innovadora con influencias europeas, como la cocina molecular.

Pero vamos en orden. El local que alberga el restaurante es enorme, amplias escaleras conducen a una espectacular instalación dominada por techos de doble altura con grandes lámparas que otorgan excelente iluminación y, además, cuenta con un buen número de salones.

En su área para fumadores una pantalla gigante espera a los señores que no pueden dejar de ver sus enajenantes deportes; sin embargo, el lugar es encantador, moderno, muy bien puesto y con personal muy atento, tanto, que hasta nos invitaron a pasar a la cocina para que la primera impresión nos la forjáramos en la mesa del chef.

Ahí conocimos a Roberto, un cocinero joven y entusiasta que nos recibió con un platillo preparado con chorizo ibérico rostizado que cerca una pequeña porción de crema de tomate preparada también con chorizo, coronada con una croqueta de jamón serrano rellena de salsa bechamel. Complementan el plato con hoja seca de flor de calabaza y de betabel. Un atento y original comienzo, sin duda.

De regreso a nuestra mesa, mi esposo y yo continuamos sorprendiéndonos con una presentación llena de detalles, una novedosa combinación de ingredientes, pero sabores que no llegaron a donde esperábamos.

Ya sentados, mi marido fue tentado por uno de sus primeros tiempos: el tamal, tal como lo oyen, éste se encuentra preparado con requesón -que domina el sabor del platillo- en hoja santa con tocino, panela y salsa de poblano ($138) que lo cubre de principio a fin. No hay duda que la presentación es exquisita y está preparado de la manera más creativa. Sin embargo, el sabor quedó a deber pues es tan llamativo que mi esposo esperaba algo más acorde, con mayor potencia.

Yo elegí el que ellos llaman ceviche pesca del día. Es servido en una porción discreta preparado con jitomate, limón eureka, cebolla morada, pepino, chile serrano y aguacate, quizá lo más convencional de la noche ($176), lo menos creativo. No me conquistó, pero quería algo ligero y acerté.

El sitio estaba un...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR