Rebanadas / Italianos distintos

AutorCony Delantal

VIAJE A LA INDIA

El martes fue un día de contrastes y pláticas enriquecedoras. Todo se lo debo a mis tíos que acostumbran hacer un viaje largo al año. Esta vez se fueron a la India y se llevaron a mi mamá; me invitaron a cenar para platicarme a detalle.

Fuimos al Rosetta, restaurante italiano que está en una vieja pero encantadora casona de Colima 166 en la Roma. Si están pensando en pizzas y hosterías éste no es el lugar indicado; la apuesta es más ambiciosa. Se nota desde la decoración estilo campestre con paredes pintadas a mano y detalles vintage, hasta una carta que experimenta con sabores e ingredientes. Muy lindo.

Como llegaron de su viaje con ganas de platicar, pedimos todo de un jalón para que no hubiera interrupciones.

Justo cuando empezaban a relatarme su llegada a Nueva Delhi nos trajeron al centro la entrada de mariscos crujientes y calabacitas con romero ($105), a mí me gustaron mucho, aunque mi tía pidió limón y sal al mesero, cuestión de gustos. Envueltos en su historia de hoteles, guías turísticas y niños caminando por las calles, degustábamos estos mariscos.

Me pareció de lo más contrastante oírlos hablar de dioses hindúes, del río Ganges y sobre todo de lo bullicioso de aquel lugar, mientras disfrutábamos de un ambiente tranquilo que iba entre lo ejecutivo, romántico y elegante, y que hacía parecer muy remoto el lugar del que me platicaban con tanta emoción.

Del Taj Majal, por ejemplo, me dijeron que es de lo más impactante que han visto, y ¡miren que han viajado los condenados!

Estábamos y llegó una ensalada para compartir, de alcachofas tiernas, lechugas mixtas y parmesano ($130) de la que nos gustó su mezcla de sabores y buen aderezo. A mi tía le sirvieron unos ravioles de ricotta con limón amarillo ($135) que ella disfrutó muchísimo, entre plática y plática no dejaba de mencionar lo ricos que estaban. Mi mamá eligió el robalo en costra de sal y hierbas con salicornia ($290) que llegó a la mesa con mucha presencia, llamando la atención de los comensales de junto.

Nos explicaron que la salicornia es una hierba que crece en las playas y manglares, muy resistente a las sales, de ahí que sea ideal para hornearse en la costra de sal sin perder su sabor ni color verde intenso.

En cambio mi tío y yo decidimos compartir el short rib braseado con polenta rústica ($360). Un platillo de sabores fuertes y consistencia suave. La clave está en el cocimiento para que el sabor de la salsa penetre a fondo y se combine bien con la...

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