Rebanadas / Italiano apapachador
| Autor | Cony Delantal |
Visitar el Museo Nacional de Antropología siempre me emociona. Podría pasar el día entero admirando las majestuosas máscaras prehispánicas, las vasijas de Paquimé o los maravillosos textiles indígenas.
Y aunque mi maridito no siempre tiene tiempo para realizar largas visitas, en esta ocasión lo llevé conmigo. Pasamos una espléndida mañana mirando imágenes que nos trasladaron a otros tiempos, y al salir lo invité a comer a Isola (Emilio Castelar 146).
Este rincón italiano recién abrió sus puertas en Polanco y sus fogones corren a cargo del chef José Mendín, con varios exitosos restaurantes en Florida.
De entrada, el lugar resulta seductor. El restaurante se encuentra en una casa muy acogedora en la que se observa una vibrante decoración. Nos fuimos directo a la terraza, con vegetación y ambiente apacible.
Ordenamos de inmediato un par de cervezas ($69), que disfrutamos mientas nos adentrábamos en el menú. Ya con apetito, después de un buen recorrido por el museo, nos apresuramos a pedir el tuétano ($360) con mozzarella.
Probamos, mientras llegaba, una mantequilla con miel que acompañamos con pan recién horneado. Me gustó, aunque era ligeramente picante.
La espera se nos hizo corta platicando sobre las colecciones que más nos maravillaron.
Pronto descubrimos un plato interesante. Aquí, el tuétano se gratina con mozzarella, lleva ajo y se acompaña con pan pita. Resultó una opción rica, pero el queso y el ajo le ganaron en potencia al tuétano.
Como no se puede entrar a un italiano sin probar las pizzas, ordenamos la de burrata con prosciutto ($380). De orilla crujiente y masa delgada, ésta me pareció de lo mejor de la tarde. Es generosa en ingredientes y contundente en sabores.
Con ánimo de disfrutar algo más del menú, solo probamos la pizza y pedimos el resto para llevar. Compartimos también una pasta y uno de los pescados. Tagliatelle ($360) y una lobina con albahaca ($640).
En medio de la plática le propuse a mi marido que me llevara a otro museo este fin de semana, pero ahora en mi adorada Morelia. No le dije que, estando allá, lo invitaré a Morelia en Boca, que este año gira en torno a la gastronomía y la migración.
Accedió feliz de la vida, sin saber bien cómo va a estar el plan. En ese momento aterrizó la pasta en la mesa.
Lleva pimienta negra y dan la opción de añadirle trufa ($80). Me sorprendió que el aroma del codiciado hongo no inundara el ambiente.
Desafortunadamente, la pasta no tenía la consistencia correcta y no nos la...
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