Rebanadas / Íntimo deleite
Autor | Cony Delantal |
Cuenta la historia que Camillo Negroni, un aristócrata que vivía en Italia por ahí de los años 20, pidió a un bartender que añadiera a su vermouth un poco de ginebra y una rodaja de naranja en lugar de soda y de la de limón, respectivamente, para darle un giro a la tradicional bebida americana. Así nació uno de los cocteles italianos más famosos del mundo.
En honor al aristócrata, a este trago se le llamó negroni.
La bebida motivó la creación de un nuevo espacio gastronómico de Grupo Hunan. Les hablo del restaurante Negroni, ubicado en Paseo Arcos Bosques y que, desde febrero, ofrece gastronomía inspirada en el Viejo Mundo.
En la íntima y acogedora trattoria reinan detalles rústicos en madera y hay un comedor principal donde destacan tonos blancos, así como una pequeña terraza con colores vivos que remite a una linda casita de campo.
Nos sentamos en la terraza, donde un mesero nos acercó enseguida la carta y nos sugirió algunas entradas.
Calamares fritos, berenjena horneada con salsa arrabiata, una selección de carpaccios o una alcachofa con aceite de oliva son algunas de las propuestas para abrir boca.
Mi hermana decidió que comenzáramos con un polipo arrosto ($305), el cual es un pulpo de 180 gramos que llegó a nuestra mesa no mucho después de ordenarlo.
Rostizado y acompañado con papas, este molusco complació nuestro paladar gracias a su consistencia suave y a un ligero toque de aceite de oliva. La ración resulta excelente si quieres compartir, sin embargo, para mi gusto, se sirve con demasiada papa.
En cuanto a los platos principales, Negroni ofrece dos, tres ensaladas y una que otra opción para quienes tienen antojo de un ossobuco al vino tinto, un salmón o un filete de huachinango. El grueso de su menú comprende pastas, pizzas y risottos.
Yo elegí el branzino con verdure grigliate ($294) y mi hermana, haciendo caso al mesero, pidió el triangoli funghi freschi ($181).
Mientras llegaban nuestros platos, observamos que el espacio albergaba desde ejecutivos hasta un grupo de jóvenes amigas. Su atmósfera es perfecta para disfrutar después de una reunión de negocios o para pasar un buen rato poco antes de ir de compras.
Respecto a nuestros fuertes, el mío cumplió sin maravillarme. Una lubina, de unos 180 gramos y ligeramente dorada en la superficie, se acompaña con verduras mixtas al grill y un toque de cítricos.
Aunque no innovan con el plato, la preparación está bien ejecutada y satisface el antojo de algo ligerito.
Mi hermana sí se dio...
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