Rebanadas / Todo por el Hoy No Circula

AutorCony Delantal

INCONSISTENCIAS EN LIVORNO

Cualquiera pensaría que un restaurante en Polanco, sobre Campos Elíseos, esquina con Reforma, sería un éxito instantáneo, y más considerando que el lugar en cuestión es de cocina italiana.

Pero lo cierto es que como bien demostró la selección brasileña esta semana, nadie tiene el éxito garantizado.

Se los digo porque fui a Livorno, que está justo ahí donde les digo, frente al desaparecido Hard Rock Café. Llegué con mi debida reserva, porque ya una amiga cercana me había pasado el chisme de que a pesar del tamaño, ubicación e inversión, el lugar no tenía muchos clientes.

Fui entre semana con mi hermano y su esposa. La intención era comer en parejas pero a la mía se le atravesó el primer pretexto que encontró a la mano. Con eso de que con sus amigos se divierte el doble y gasta la mitad...

Efectivamente estaba desierto, pero eso sí, bellísimo. Con un diseño muy llamativo y una terraza irresistible.

Mi hermano y su esposa venían agitaditos porque la despistada se acababa de enterar que su coche va a ser de los afectados con el dichoso Hoy no Circula y andaba hecha la furia. Obvio su intención es que mi hermano le cambie el coche. Pero ya puede ir esperando sentada porque mi hermano es de los que no "dispara" ni en defensa propia.

Después de echarle un ojo al menú mi hermano pidió como entrada los corazones de alcachofa empanizados con parmesano, rellenos de queso de cabra y salsa marinara ($195).

Mi cuñada y yo optamos por una sopa. Ella eligió la crema de espárragos con foie gras y prosciutto, y yo cometí el error de pedir el consomé de ravioles rellenos de cebolla braseada al azafrán ($110). Pero como dijo Jack el Destripador, vamos por partes.

Los corazones de alcachofa resultaron dos piezas medianas en las que destacaba el queso de cabra. El empanizado parecía más un tempura y la tímida salsa marinara no aportaba gran cosa.

En cuanto a la sopa de mi cuñada, llegó con rodajas de espárrago, un poco de foie gras y una costra de prosciutto que de tan dorada confundimos con tocino. Yo no la probé pero ella quedó contenta con la sopa.

Mi consomé fue decepcionante. Traía escasos ravioles del tamaño de una canica. Desde luego, la cebolla se diluía por completo. Además estaba salado por el exceso de prosciutto picado que llevaba y que no aparecía en el menú.

Los segundos tiempos también fueron desiguales. El pescado a la sal ($315) de mi cuñada estuvo bastante bueno. Una porción generosa de un filete suave como la...

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