Rebanadas / Gran circo

AutorCony DeLantal

Ya tiene más de tres años de existir, pero mi marido jamás me había llevado a conocer La Gran Carpa que está a un costado del Río Santa Lucía y los Museos de Historia Mexicana y del Noreste.

A lo mejor te suena a circo, pero es un restaurante. Un restaurante que con poco presupuesto armó un gran circo. Como volver a ver la historia de El Gran Showman adaptada al regiomontano.

Al cruzar la puerta se abre el telón a una vida de carpa donde la ambientación engalana el espectáculo que la pizza y la pasta están a punto de brindar.

Puro circo, pensé, cuando el mesero nos las presentó como las mejores de Monterrey. Definitivamente sobreactuó, como en cualquier espectáculo de carpa, pero tengo que admitir que tampoco cantan mal las rancheras con su cocina italianizada.

Realmente no me esperaba esas cualidades del pan y el queso y mucho menos tan buena interpretación del fettuccini al pesto cuando tocó el turno a la pasta. Aplausos. La ejecución fue perfecta. Me conmovió hasta las papilas con ese toque melodramático que le dan el pesto y la nuez balanceándose a la perfección. Sin duda desquitó los 129 pesos del boleto.

Y la pizza no logró el papel principal por algunos trastabilles y traspiés con ciertos ingredientes, por ejemplo, el champiñón que delata que es de lata, o la berenjena, que llegó cruda a la función, pero el pan, crujiente y delgadito, y el queso mozzarella, gratinado magistralmente, salvan la obra completa.

En este caso de la pizza sí siento un poco sobrevalorado su numerito, o sea, el precio. Las personales andan entre 130 pesos hasta 249 y las grandes entre 230 y 349 pesos.

Si me remonto al primer acto, esta cena arrancó de maravilla gracias a esa especie de mojito sin alcohol, una limonada frappé con menta que ellos llaman "de la casa", que les queda muuuy buena.

Mi marido y yo la ovacionamos de pie gritando ¡encore!, y entonces de la cocina salió otro par de limonadas para seguir deleitándonos con su revitalizante sabrosura.

Todo este drama líquido y gastronómico se desarrolla bajo una ambientación muy artística, donde predomina la escenografía circense y el arte abstracto sobre lienzos que están a la venta.

Es una vivencia sencilla (volvemos al tema del presupuesto), pero a fin de cuentas entretenida, con elementos que ayudan a vivir este concepto de La Gran Carpa, como el enorme telón rojo que cae a doble altura del techo, telas que penden cual trapecios, candiles estilo Moulin Rouge o el piano antiguo que sobresale ante un...

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