Rebanadas / Del fondo a la fonda

AutorCony DeLantal

Después de que le tronó el negocio, luego el matrimonio y más adelantito el ánimo, José Roberto se refugió en la cocina hasta que salió de ahí convertido en el Chef Pepe Piper, un súper héroe de la gastronomía mundana (no confundir con Peter Piper ni Peter Parker) que ahora rescata tradiciones y antojos a precios razonables para los más vulnerables. (Iba a decir "los más agarrados", pero no rima).

A lo mejor te suena a película de Marvel -o a novela de Telemundo-, pero es una historia real de la vida pueblerina y artesanal que todavía conserva San Pedro en su mero casco.

Ahí, en el número 323 de la calle Libertad, entre Hidalgo y Corregidora, hará cosa de tres meses que Piper (y así le dicen desde chiquillo, literal como se lee) fundó esta fonda sin letrero, que él simplemente llama La Fonda del Chef Piper, en la sala, comedor y patio de su propia casa. Dice que no tuvo de otra, pero se oye más bonito si decimos que fue con toda la intención de darle un toque auténticamente casero.

Ya sabes que me encanta el chisme, pero más me encanta la comida, así es que ni me detengo a contarte las penurias por las que ha pasado este personaje porque se nos va el hambre antes de llegar a la botana. Mejor le entramos de lleno a los ricos almuerzos y comidas que prepara Piper en su renovado presente.

Mmmm, qué fantásticos le quedan esos tacos de barbacoa de cabrería (a 15 pesos c/u) guisada con tuétano matón en tortilla de maíz azul recién hechecita. O esos huevitos huérfanos (90 pesos) que hacen honor al nombre, sobre tortillas de maíz, cama de frijol con veneno y chicharrón en salsa verde, empujaditos con una gordita de manteca de las de a deveras. Los albañil, revueltos con frijol negro y morrón de colores... O algunos más creativos, como los revueltos con salmón, o los estrellados sobre atún (100 pesos).

Para la comida también tiene propuestas más sustanciosas a buen precio, como la chuleta de puerco ahumada, que incluye espagueti y frijoles por 100 pesos, o un salmón -o atún- también con espagueti y puré de camote, en 150 pesos el platillo.

A mi marido le encantó esta fonda, así como le encanta todo lo que sabe rico y cuesta poco, sin importar que esté sentado en una silla de plástico con el clima apagado, y que le falten servilletas, y la comida se tarde, y de repente no te pelen... Eso me hace sentir en casa, dice volteándome a ver con esa méndiga miradita de reproche que ya le conozco.

Pues sí, Piper tiene un servicio tan casero que se parece a lo...

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