Rebanadas / ¿Y el estacionamiento?

AutorCony DeLantal

No entendí. Hacen un mega Sorianota a todo lujo, grandote y cómodo, con chorromil departamentos y carriles más amplios que los de Morones Prieto, haz de cuenta un Palacio de Hierro con frutas y verduras de diseñador, pero al mismo tiempo reducen el estacionamiento a la mitad, con un "muro" estilo Donald Trump, que ahora los divide de su vecino tercermundista que es la Plaza San Pedro.

Lo partieron y nos la partieron. Si te metes por la plaza te topas con que ya no puedes pasar para el lado de Soriana y obviamente tampoco de allá para acá. Las opciones se te reducen y el hígado se te retuerce.

Lo único bueno es que de ese lado de Soriana quitaron las plumas de acceso, pero eso también significa que todos se quieren meter por ahí aunque vayan a la plaza, y ahora hay menos cajones con la división, entonces te la vives buscando lugar, peor en estas épocas en que se junta la novedad de la tienda con el propio frenesí compulsivo e iracundo de la Navidad.

Y la plaza conservó las plumas y el cobro, y, por lo mismo, pensarías que está más tranquilo allá, pero el despipiote está igual o peor, porque de aquel lado ya nomás quedó una sola opción para entrar o salir y es leeenta pero leeenta. Pluma baja, pluma sube, boletito, feria... Y de ahí pa'tras todos echando pestes con mucho fervor navideño. Se arma un filón de miedo que encima atrofia toda la movilidad adentro.

Fíjate nomás, bonita remodelación la de Soriana, mejoró la tienda y empeoró el estacionamiento. Para variar es en lo último que piensan y donde menos les exigen las autoridades. Por eso estamos como estamos, a una nadita del apocalipsis vial y la extinción de la paciencia.

EL RESTAURANTE

Qué pena, yo a lo que venía era a platicarte del nuevo restaurante Avenida 9, que abrieron precisamente ahí dentro del renovado Soriana, pero este relajo del estacionamiento me puso color ejote y me sacó lo Grinch, sobre todo porque el típico gandalla se me metió a la brava en un lugar que yo estaba esperando muy civilizadamente con mi direccional puesta.

Obvio que le armé un mega pancho de vida o muerte, de esos que sabemos hacer las mujeres ante cualquier insignificancia, hasta que me cedió el lugar, seguramente pensando que era senadora del PT.

Pero al grano con el restaurante. Está padre ese concepto de 9 estaciones o cocinas diferentes e independientes bajo un mismo techo, cada una con su menú propio, como si estuvieras en un food court adentro del supermercado, pero, acá entre nos, no esperes mucho...

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