Rebanadas / Cocina urbana

AutorCony Delantal

18 grados

Recientemente abrieron otro de los muchos restaurantes que hay en Avenida de la Paz, que salvo su mejor opinión, debería de ser rebautizada como Avenida de los Restaurantes. Ahora la apertura fue de un lugar llamado 18 Grados, que digamos que es un sitio alternativo dentro de esta calle con tantas opciones gastronómicas.

Bueno, pues este lugarcito al que me refiero plantea lo que ellos llaman cocina urbana mexicana; es pequeñito con mesas de madera, y la atención es cálida y personalizada, de pronto te sientes como en casa, casi, casi, crees que te van a preguntar cómo qué se te antoja.

En esta ocasión fui con dos de mis amiguitas que hablan tanto como comen, así que llegaron con toda la intención de probar las novedades.

Ya bien instaladitas y después de que nos ofrecieron la gran cantidad de cervezas artesanales que tienen, pedimos una copa de vino L.A. Cetto antes de revisar su carta, que aunque pequeña tiene sus sorpresas.

Mis amiguis luego, luego, se fueron a lo grande, llenador y ordenaron unos tacos de carnitas de cordero acompañados con salsa de pápalo, pero para su mala suerte no había ya cordero. No empezamos con el pie derecho, pero había que darles la oportunidad de sacarse la espina.

Pedimos entonces una orden de tacos de camarón a la diabla ($90), preparados al estilo Rosarito, esto es, con frijolitos negros. La orden es de tres y seguramente hubiéramos pedido otra sino hubiera sido porque también ordenamos un cebiche Mérida ($80) de pescado, preparado con fruta tropical de temporada y cebolla morada. Un poco picosito, una delicia que vale la pena probar.

Este sitio es petit y acogedor, nada de ostentaciones. Digamos que es un pequeño refugio en un rumbo donde hay restaurantes más glamorosos como El Cardenal, Piegari o Bistrot Mosaico. Sin embargo, 18 grados con todo y su sencillez, tiene aporte de originalidad.

La presentación de sus platillos es correcta y hay una constante: todos o la mayoría utilizan como ingrediente el chile.

Ya en los platos principales una de ellas pidió un delicioso huachinango en salsa de cítricos ($190) que venía con láminas de ajo sobre pinceladas de salsa de cacahuate con arroz al cilantro. Nada más de ver el platillo se te hace agua la boca, y no es solo la apariencia, el sabor es también de primera.

Mi otra amiga tenía ganas de carne en todo el sentido de la palabra, y pidió un filete de res al tequila ($190) con reducción de morita y calabazas, que la dejó satisfecha, también de...

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